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Transporte y Gobierno

Señor director:
Con motivo del fallo del Tribunal Superior Administrativo en torno al monopolio en el transporte de carga y de pasajeros hay muchas cosas que decir, que mucha gente desconoce, pero que están ahí.

Lo primero es que en el transporte de pasajeros es cierto que no debe existir ningún monopolio, pero sí orden y reglas claras para que el país no se convierta en un desorden.

También es cierto que las vías públicas no pueden ser de uso exclusivo de un sindicato de transportistas como ocurre en la actualidad gracias a que la Oficina Técnica de Transporte Terrestre (OTTT) les da ese derecho a los sindicatos a cambio de una determinada suma de dinero. Cada sindicato paga a la OTTT por operar ciertas rutas.

El caso es similar al de las emisoras de radio, que son del Estado, pero que operan mediante un orden establecido por el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) debido a que cada estación de radio tiene una frecuencia asignada.

Imagine usted que los dueños de emisoras transmitan en la frecuencia que cada quien estime. Imposible.
Igual debe ocurrir en el transporte de pasajeros. Las vías son públicas, pero debe existir cierto orden.

La Oficina Técnica de Transporte Terrestre (OTTT) cuyo único papel es cobrar por asignar rutas, debe ser eliminada o su rol de agente vendedor de rutas, suprimido.

La situación del transporte de carga es totalmente distinta, ya que a nadie se le debe obligar a contratar un servicio que no desea, o que puede ser suministrado por otras personas.

El transporte de carga debe ser totalmente libre, sujeto a las leyes de oferta y la demanda, no un monopolio.
Algo que muchos desconocen es que en las filas de los transportistas de carga convive una gran cantidad de funcionarios, generales y coroneles, que al obtener dos millones de pesos, sólo piensan en comprar un camión de carga y unirse a esa actividad.

Muchas personas creen que los camiones son como una especie de “jicotea” que sólo requiere una manguera para echarle agua, porque se mantiene sola. Pero los camiones además de cuantiosa inversión requieren tiempo, experiencia y mucha paciencia.
El asunto no se resuelve con una sentencia y un grupo de guardias y policías, sino dialogando.
Atentamente,
Elpidio Minyetti Mejía
San José de Ocoa

El Nacional

La Voz de Todos