Opinión

Cartas de los lectores

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Cartas

Depurar la UASD

Señor director:
Las instituciones públicas de nuestro país están viciadas en abultar las nóminas gubernamentales de personas que cobran sin trabajar, a veces hasta cobrar en diferentes estamentos del Estado, como si esta práctica no pudiera tener un antes y un después.

Esta indisposición se ha extendido a la maltratada Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), que aun sufre los malestares de otras gestiones que no han concretizado los esfuerzos requeridos para enfrentar este mal que se ha mantenido por décadas y que de una forma u otra afecta el presupuesto de la universidad.

Los rectores que por allí pasan conocen bien los mecanismos de frenar el dispendio de la nómina uasdiana, pero es bueno hacerle saber a los lectores de este prestigioso medio de comunicación que, dentro de la UASD existen los compromisos políticos, amistosos y hasta familiares que no les permite administración y a la rectoría dar un paso gigantesco marcando así un nuevo precedente, de esta manera pudiera mantenerse en pie nuestra universidad.

Existen “botellitas, botellas y botellones” que carga sobre la espalda la histórica universidad primada de América, lugar de donde muchos intelectuales y políticos han salido victoriosos pero que desde sus poderosas posiciones no han hecho un aporte para que el ritmo de ésta cambie gradual ni radicalmente, todo lo contrario, se suman al peso desnivelado que al final arroja como resultado poca inversión en la columna vertebral que viene siendo el estudiantado.

Al día de hoy, todavía existen docentes y estudiantes que creen en una universidad reestructurada, el único espacio que tienen los jóvenes de este país para poder alcanzar la virtud del éxito, en una sociedad que está más comprometida con la preparación y competencia profesional, porque así como pasa el tiempo, a esa misma velocidad trascienden los conocimientos.

Dice un famoso dicho “escoba que no se gasta, casa que no se limpia”, este mensaje está muy claro para las futuras administraciones de la UASD, es tiempo de darle uso a la escoba y limpiar de una vez y por todas la influyente institución que más que parada anda cojeando, no vaya a ser cosa que entre en una crisis tan profunda de la que nos tengamos que arrepentir todos.

Y como dijo el poeta y ensayista mexicano Octavio Paz “Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo…. del miedo al cambio”.

Atentamente,
Luis José Martínez
Periodista

El Nacional

La Voz de Todos