Luces de marzo

Señor director:
Pura Emeterio se desempeñó en la docencia tanto en Venezuela como en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, y otra universidad privada, donde el respeto por la academia, la docencia, y el estudiantado, nunca estuvieron en juego, fue algo sagrado.

Desde su cosmovisión, Pura entendía que las academias, debido a sus funciones sociales, culturales y científicas, no deberían cerrarse nunca, debían permanecer abiertas al pensamiento, a la socialización de los grandes temas colectivos, y en aras de avivar el pensamiento liberador y creativo.

Pura, graduada con honores en la UNAM, México, fue tallerista, crítica literaria y conferencista nacional e internacional. Estudiosa de la literatura dominicana, la trabajó también desde México y Venezuela, la valoró, y entendió que la misma era digna de ser más difundida a nivel internacional y nacional. Pura escribió y publicó varias obras, mientras que otros escritos quedaron inéditos.

Su último trabajo, dado a la luz pública, fue el prólogo al libro “El derrumbe”, de Federico García Godoy. Fue considerada por la crítica dominicana como una de las intelectuales más sólida y mejor formada del país.

Fue una intelectual comprometida con el presente y el porvenir de su país, y en esa fecundo quehacer dejó, al igual que las mujeres que hicieron causa común, contra la soberanía mancillada por la Intervención norteamericana del 1916, su impronta en la defensa de la soberanía dominicana.

Con ella cobra sentido el pensamiento de Abigail Mejía, cuando expresó que “En fin, las mujeres en la República Dominicana se distinguen por su cultura, sus sentimientos de ternura y sacrificio por la familia; su extraordinario amor a la patria” 100 años de feminismo.

Son numerosas las sembradoras dominicanas. Basta citar, sin irnos muy lejos en la historia, a mujeres como Evangelina Rodriguez, María Petronila Angélica Gómez, Camila Henriquez Ureña, Abigail Mejía, Magali Pineda, Florinda Soriano, Carmen Natalia Martinez B., Ellas hicieron historia porque avanzaron, cada una en su renglón, y ese avance fue un aporte legado a su país. Nadie le regaló nada, fueron fajadoras que se abrieron a la conciencia de progreso y la superación.

Y es como Luz Sembradora, que muy a propósito del Día Internacional de la Mujer, quiero resaltar la figura, ida a destiempo, de Pura Emeterio Rondón, una mujer cuyos aportes al nuestro país, su tierra de origen y de nacimiento, habrán de ser valorados en su justa dimensión.

Atentamente,

Lidia Melania lidiamelania@claro.net.do