Opinión

CATALEJO

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 Las transnacionales que roban nuestras riquezas, como lo hace la Barrick Gold , no operan de forma solitaria. Son parte de la corporatocracia, quien a su vez se auxilia de la CIA y entidades de la naturaleza de la USAID, para asegurar sus intereses en países vulnerables a sus acciones de rapiña.

 Es demostrable el papel de los gánsteres económicos (GE) y “chacales”. Ellos se encargan de las acciones directas contra los presidentes y, si logran la colaboración de estos, pasan a controlar el país de que se trate.

 Tienen su centro de mando en el corazón del imperio y mecanismos de coerción inimaginables. Deciden en el Departamento de Estado, Banco Mundial, BID, FMI… para trazar el rumbo e imponer su modelo privatizador.

 En la década de 1990, cuando John Perkins era un connotado GE, le ofrecieron la presidencia de la Compañía Boliviana de Energía Eléctrica (COBEE). Le prometieron convertirlo en el hombre más importante de Bolivia, después del Presidente. Así, podría controlar el flujo de electricidad tanto en el palacio de gobierno, como en las bases militares, apoyado por la CIA, si decidían dar un golpe de Estado.

 La compra de Placer Dome con sus activos por la Barrick Gold, la variación del contrato y los tejemanejes para quedarse con el oro dominicano, es parte de la historia narrada.

 El expresidente Leonel Fernández y su entorno más íntimo deben responder por la renegociación leonina firmada con la Barrick Gold, y por qué variaron el contrato firmado con Placer Dome.

En tanto la Barrick Gold se lleva nuestro oro, las promesas del presidente Medina y el “plazo prudente” se convierten en bumerán, incrementándose los riesgos contra él. No olvidar que también para el pueblo, “la paciencia tiene un límite”.

El Nacional

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