Opinión

CATALEJO

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La fanfarria palaciega que anuncia como un rotundo éxito la renegociación preliminar entre la Barrick Gold y el funcionariado de Danilo Medina, debió ser tocada solo por la minera canadiense y no por el Gobierno. La transnacional seguirá obteniendo pingües beneficios de la extracción del oro, la plata y el cobre de Pueblo Viejo, Cotuí, en perjuicio del pueblo dominicano.   

Los gánsteres económicos conocen su oficio al dedillo, y era de esperar el empleo de la “persuasión”. Son diestros para ofrecer “alternativas” a los gobiernos vulnerables a sus presiones.

Muestran con desenfado la zanahoria y el garrote; la técnica del policía “bueno” y el policía “malo”. Saben cómo usar su poder frente a gobiernos débiles y defender sin rubor sus espurios intereses.

El gobierno ha logrado sólo algunos ingresos económicos adicionales, a los exiguos a que supedita el contrato leonino firmado durante la gestión de mister Leonel Fernández.

La renegociación permite el saqueo de esos recursos, mientras el pasivo medioambiental y la falta de auditoría a la Barrick siguen inalterables como antes, lo que obligaría a la nacionalización.

El oro, la plata y el cobre representan 70 mil millones de dólares y el gobierno de Medina pacta para que el Estado obtenga 11,500 millones en 25 años. Dice que los beneficios se elevan a un 51.3%, cuando es sólo de un 18%.

Refiriéndose a la Barrick, Danilo afirmó que “El oro que subyace en el suelo de la patria de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón, es del pueblo dominicano”. Penoso desenlace: recuerda “el parto de los montes”.

Desde luego, la campaña mediática oficial tratará de ocultar la realidad y agenciarse beneficios políticos. Que no se engañen, una cosa es la “opinión publicada” y otra la opinión pública.

 

 

 

El Nacional

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