Se avizora una crisis política
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Se avizora una crisis política al mediano plazo, si el PLD continúa aferrándose al poder sin el respaldo de las mayorías, violentando las bases conceptuales de la mentada y carcomida democracia representativa, apoyándose en el control absoluto del Estado, JCE, TSE, TC y en la fuerza que estos le otorgan.
El peledeismo gobierna sustrayendo los recursos públicos, aplicando el clientelismo, envileciendo a una parte de la población que despierta y ejerciendo un control social inspirado en el nacional socialismo alemán. La corporación morada NO se guía por las ideas liberales de Juan Bosch; sus prácticas son neotrujillistas y neobalagueristas, que nos recuerdan también a la Alemania entre 1933 a 1945 y a Paul Joseph Goebbels.
Así como el PLD usa la política de la zanahoria, emplea el garrote contra opositores y periodistas “desafectos”, verbigracia la acción de los paleros de Leonel, olvidando que miedo y poder es una mezcla peligrosa.
Además de auspiciar la corrupción, aplican la represión más primitiva para conculcar derechos constitucionales e intimidar a los que NO asuman sus afanes continuistas o se atrevan a confrontarlos.
El PLD-gobierno encamina sus pasos hacia la consolidación del autoritarismo, represión y exclusión, como signos de su acelerada crisis ética, moral y política, así como de su progresiva decadencia.
El continuismo peledeista y la proclama de gobernar hasta después de 2044, como lo preconizara Leonel Fernández, es fruto del pánico de verse fuera del poder y tener que responder a la justicia.
El 2016 podría retrotraernos a la crisis de 1978, por el ascenso de la oposición y del movimiento popular; la lucha intestina en el PLD, su desgaste, previsible fracaso electoral y tozudez para aceptar su derrota.