Opinión

CATALEJO

CATALEJO

Conservadores y progresistas-.

El movimiento Marcha Verde es una expresión de rebeldía del pueblo dominicano al sistema de corrupción, impunidad y desinstitucionalización impuesto al país por la partidocracia y la clase dominante durante casi 60 años, después del ajusticiamiento de

Trujillo y el desplome de su régimen de terror y latrocinio.
Una clase dominante que ha manejado no sólo el gobierno, el Estado y las relaciones de producción, sino que ha impuesto también sus propias convicciones jurídicas, políticas, éticas, estéticas y religiosas.

En plena decadencia de este sistema de anarquía, propio del capitalismo salvaje, no es posible avanzar, si los trabajadores, sectores medios y las fuerzas políticas que lo representan se mantienen dispersos.

A la unidad y la acción coordinada, que impida el continuismo de este sistema y de quienes lo representan, debe seguirle una alternativa claramente diferenciada que establezca una democracia plena.

En el movimiento verde inciden, sin embargo, el conservadurismo y el progresismo, que busca menguar sus fuerzas, desnaturalizarlo para su provecho particular, con miras a las elecciones generales del 2020.

Conducir la movilización popular contra la corrupción y la impunidad, a las estrategias de la partidocracia es desnaturalizarla, debilitarla y conducirla a nuevas frustraciones y reflujo de sus principales fuerzas.
Este gobierno, los poderes fácticos, las instituciones que deben ser garantes de elecciones libérrimas están totalmente podridas y al servicio de los que detentan el poder político y económico del país.

Para terminar con la corrupción y la impunidad es necesaria una Asamblea Constituyente, de instituciones que garanticen elecciones libres e impartición de justicia a todos los que han depredado el erario.

El Nacional

La Voz de Todos