La crítica situación por la que atraviesa en estos momentos el país, no está para discursos poéticos; la sociedad demanda del presidente Danilo Medina disposiciones urgentes dirigidas a corregir lo que está mal. Los que sufren no desean que les bajen líneas, sino que les hagan realidad sus anhelos de justicia.
La gente está indignada porque frente al déficit fiscal de unos 203 mil millones de pesos, de factura leonelista, Danilo Medina ha respondido apretando la tuerca con más impuestos y más impunidad oficial.
Esos nuevos impuestos son aderezados por el mandatario barriga verde con una exhortación a no perder el tiempo en lanzar piedras hacia atrás, es decir, a olvidar la prevaricación y el robo.
Al clamor de la sociedad para que sean enjuiciados y castigados los que han llevado al país a la ruina, Medina lo califica de revanchismo, nos llama a tener un poco de paciencia y a que nos resignemos al olvido.
Contrario a que todos sean castigados, muchos de ellos han sido ratificados en sus cargos o nombrados en otros por el actual mandatario, para que sigan haciendo lo que siempre han hecho en la administración pública.
Esto nos hace recordar la consigna borrón y cuenta nueva, enarbolada por Juan Bosch luego de su retorno del exilio en Cuba, en octubre de 1961, que libró de la justicia a soplones y matones de la tiranía trujillista.
El hoyo fiscal, la profundización de los males sociales y económicos, entrega del patrimonio nacional a las transnacionales, el saqueo de los recursos públicos tienen culpables conocidos.
Lo que reclama el pueblo dominicano es que sean investigados, juzgados y condenados como mandan la Constitución y las leyes. Y el movimiento social sólo se detendrá cuando se logre ese objetivo.
