Opinión

CATALEJO

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El anuncio del presidente Danilo Medina de que tomará las medidas necesarias para lograr que la transnacional Barrick Gold entregue los beneficios que justamente le corresponden al Estado por la explotación y venta del oro de Pueblo Viejo, Cotui, es un paso trascendente en la lucha por el rescate de ese inmenso patrimonio público.

Si el mandatario ha tomado la decisión de refrendar ese clamor, los sectores nacionales que han exigido del gobierno asumir un rol responsable, deben acompañarlo en ese propósito para que no se diluya o mediatice en el camino.

Medina sabe que se enfrentaría a oleadas de críticas y protestas, si desanda las huellas de Leonel Fernández, quien entregó el futuro del país a la empresa canadiense y a otras mineras foráneas, con el apoyo de la partidocracia en el Congreso Nacional.

Si como dice el Presidente, el oro que extrae esa multinacional de las entrañas de la tierra de Duarte, Sánchez, Mella y Luperón es de los que hemos nacido en esta media isla  y de “¡nadie más!”, tendrá que refrendar sus palabras con los hechos.

De igual manera tendrá que hacerlo dando marcha atrás a la infausta decisión de reconocer títulos falsos a un grupito de mafiosos vinculados a este y pasados gobiernos para despojar al pueblo de los terrenos próximos a Bahía de las Águilas.

La nación debe tomarle la palabra al mandatario y enfrentar con firmeza cualquier vacilación en esa lucha necesaria y patriótica por el rescate de las riquezas, de las cuales tiene derecho a disfrutar toda la nación.

Danilo Medina dio a conocer que tiene su “librito” para gobernar. Lo deseable, es que el Presidente lo deje definitivamente a un lado y se encamine a leer con buenos espejuelos correctivos el que siempre tiene abierto el pueblo dominicano.

El Nacional

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