Opinión

Cesárea de una convención

Cesárea de una convención

La situación del PRD interesa a la gente del PRD, al país y a la democracia,  porque el PRD es parte importante de la población dominicana. Consolidando los partidos se consolida la democracia.

Hoy por hoy, está en juego la credibilidad de Miguel Vargas Maldonado como dirigente político, como candidato, como presidente del PRD y como importante miembro de nuestra sociedad.

Está en juego la credibilidad de Hipólito Mejía como candidato presidencial, como dirigente político y como reconocido personalidad del país.

Finalmente, está en juego la credibilidad y prestigio de los prominentes miembros  de la Comisión Organizadora.

 Vargas y sus seguidores reiteran que en la convención votaron más de 150 mil inscritos en el padrón del PLD lo cual estaba taxativamente prohibido por los reglamentos de la Comisión Organizadora.

Hipólito Mejía reafirma que ganó limpiamente,  además, de que se le impidió el voto a un importante número de simpatizantes suyos, captados en  campaña.

La Comisión Organizadora jura ante el país que fue una convención diáfana y transparente.

Si uno tiene la razón, el otro debe estar equivocado.

Sea que se llegue al fondo del problema o que medie una negociación, alguien saldrá lastimado, no importa el resultado. Si se actúa con inteligencia y madurez política, los daños colaterales pueden minimizarse

Ahora bien, ¿quien da su brazo a torcer y como se recoge el liquido derramado durante este parto? Indudablemente que la llave del tranque la tiene la Comisión Organizadora.

Solo existen dos posibles salidas: determinar si gente inscrita en el padrón del PLD votó, para lo cual solo hay que cruzar el padrón de concurrentes, o sea todos los votantes en la convención, con el  padrón del PLD y ahí saldría a relucir la verdad.

Si la votación de peledeistas fue insignificante, Vargas no tendría nada que argumentar, todo se revertiría a favor de Mejía. Si Vargas tuviera la razón, Mejía y la Comisión quedarían muy mal parados.

La otra salida es, el ‘’Acuerdo Político’’.

Así que chupe usted y déjeme el cabo y desenrólleme ese bollo donde la puerca retuerce el rabo.

El Nacional

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