SANTIAGO, Chile (AP) — Miles de estudiantes universitarios ocuparon el jueves la principal avenida capitalina al efectuar una marcha para manifestar repudio a la acción policial que lesionó a un compañero suyo, y contra la reforma educacional del gobierno, de la cual se sienten marginados.
Los jóvenes caminaron decenas de cuadras al anochecer, en una marcha autorizada, con las manos en alto, con velas encendidas, rostros pintados de blanco, y portando pancartas en las que se leía: “Por el derecho a vivir en paz”, “No nos sigan matando”, “Fuerza Rodrigo”.
Los acompañaban padres, empleados, oficinistas y miles más protestaron en ciudades del interior. Rodrigo Avilés, de 28 años, estudiante de Letras de Valparaíso, fue impactado por chorros de agua lanzados desde un vehículo policial que ocasionan que caiga con fuerza y se lesione la cabeza el 21 de mayo durante otra marcha de protesta.
Las imágenes fueron captadas por un dron y difundidas por la televisión estatal. Félix Avilés, padre del joven, precisó que su hijo, internado en el hospital Carlos Van Buren de Valparaíso, se encuentra “en estado crítico, de gravedad, con riesgo de muerte (y) coma inducido”, y ahora con una infección respiratoria.
El general Ricardo Cartagena, jefe policial de orden público, anunció el jueves por la noche que expulsaron al “pitonero” que lanzó el chorro al universitario. Inicialmente la policía había afirmado que Rodrigo se cayó solo. “Lo valoro como el inicio”, dijo Avilés padre, quien marchó en Santiago, mientras su esposa y su nieta lo hicieron en el vecino puerto de Valparaíso, 120 kilómetros al noroeste de la capital chilena.
Pero agregó que si hay otros responsables también deben ser sancionados. Por la mañana, miles de secundarios también protestaron contra la represión policial y el rechazo a la forma en que el gobierno está sacando reformas educacionales que no los interpretan.
Pequeños grupos de exaltados con sus rostros cubiertos se enfrentaron a la policía, dañaron mobiliario público y levantaron barricadas incendiarias. En su actual gestión, la presidenta Michelle Bachelet ha promulgado varias reformas educacionales que el próximo año significarán gratuidad para los 260.000 jóvenes más pobres de la educación superior, pero aún no hay cambios que aseguren la calidad de la enseñanza ni la gratuidad universal, como lo ofreció la mandataria en su campaña electoral en 2013.
Valentina Saavedra, vocera de los universitarios, señaló que “marchamos contra la violencia porque vemos que ésta finalmente se produce… en una sociedad que nosotros aspiramos a cambiar”. Saavedra criticó a Bachelet porque “no se hace cargo de la transformación de un sistema educacional en su conjunto”, que se caracteriza por que quién tiene más plata obtiene mejor educación.
