Opinión

¿China en picada?

¿China en picada?

En materia de sostenibilidad, hay que decir que, en los momentos de auge, los cambios habrían sido más eficaces de haberse registrado en el pueblo chino un comportamiento que se refleje en los valores de honestidad y seriedad. Estos valores agregados, de gran importancia, se habrían reflejado en la credibilidad de los gigantescos bancos chinos. Entre los primeros diez bancos del mundo, hay cuatro de la República Popular China, RPCh, pero ninguno ha alcanzado la debida certificación fiduciaria en la industria y el comercio global.

En lo referente a la industria, el escritor Bertrand Russell observa en su libro sobre El Poder que en China “tienen éxito con frecuencia los negocios familiares a consecuencia de la lealtad confuciana a la familia; pero las compañías impersonales parecen irrealizables, pues nadie se siente obligado a descostrar honestidad con respecto a los socios”. Esta opinión de Russell, basada, sin duda, en la observación,  no ha perdido vigencia, a pesar de ser expuesta hace casi cien años.

El encerramiento o conservadurismo chino se percibe, además, en haber limitado su expansión solamente al comercio, desaprovechando  la oportunidad de promover su lengua, artes y otras formas de expresión cultural, que le permitan alcanzar una presencia fundamental y permanente en todo el mundo.

Esta labor cultural, China no lo realizó durante estas tres ascendentes décadas, ni parece probable que sus estrategas lo hagan a partir de ahora. Mucho menos amenazado por una posible crisis económica, esto es, de mercado.

El Nacional

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