Santo Domingo.-Chris Tucker fue el último de los invitados internacionales en llegar a la edición XI del Festival de Cine Global Dominicano (FCGD), lo que no fue obstáculo alguno para contagiar a periodistas, invitados y organizadores, de una alegría vital que le sale a flor de piel de manera natural.
Es un hombre inteligente, con enorme capacidad de análisis, enmarcado en una familia cristiana, condición que le ha hecho declinar algunos papeles en el cine con cuyo mensaje no está acorde.
El miércoles, en su encuentro con los medios, respondió ampliamente preguntas sobre su trayectoria y sus ideas.
El talento latino
Al preguntarle sobre el papel que están desarrollando directores como los mexicanos Alejandro González Iñárritu, Alfonso Quaron y Guillermo del Toro, sostuvo que el aporte de la creatividad e imaginación latina resulta crucial para refrescar la producción cinematográfica norteamericana.
Expresó que debe ser una escuela el trabajar con cualquiera de estos directores latinos y otros que, desde sus países tienen películas dignas de ser reconocidas como excelentes.
Tucker fue enfático en la idea de que los directores latinoamericanos han refrescado el imaginario del cine industrial norteamericano. “Estos directores y muchos de los actores de esta región tienen mucho que enseñarnos”, afirmó el comediante.
El valor del cine
Cuando se le pregunta qué valor le otorga al cine que hacen las minorías y en especial la afroamericana, indica que la trascendencia del cine no es exclusiva de una minoría y que se puede producir una obra fílmica de arte, independientemente del color de la piel, la condición sexual o la militancia social o partidaria.
“El arte cinematográfico, como el arte en general, tiene sólo valor si es auténtico, si logra estructurar un mensaje estético reforzado con un discurso lúdico o social, no importa”, afirmó.
Podría filmar RD
Adelantó que actualmente se escribe el guión de la cuarta parte de la saga Una pareja explosiva (Rush Hour), que protagoniza con Jackie Chan, y que le agrada la idea de rodar algunas escenas en República Dominicana. En su agenda estuvo una visita a los estudios Pinewood, de Juan Dolio para conocer esas instalaciones.
