Opinión

¡Cierren el circo!

¡Cierren el circo!

Una sociedad harta y fastidiada por interminables escarceos y trapisondas alentados por el liderazgo político en el escenario del Poder Legislativo, reclama la aprobación inmediata de la Ley de Partidos, con primarias abiertas o cerradas, obligatorias o voluntarias, simultáneas o cuando sea.

Gobierno, partido oficialista y oposición desean una ley tejida a imagen y semejanza de particulares intereses coyunturales o cónsonos con la loca carrera por la candidatura presidencial, por lo que los intereses de la nación y en particular de su democracia han sido relegados.

A la opinión pública ya no le queda voz para pedir a la clase política que promueva una ley de partidos que garantice derechos constitucionales a elegir y ser elegido, que evite que esas organizaciones se conviertan en máquinas de lavado de dinero y promueva transparencia en el uso del dinero público.

En vez de eso, en el Congreso se pugna por algún mamotreto de ley que garantice a tal o cual candidato del oficialismo o la oposición aventajar a sus contrincantes en la conquista de la candidatura presidencial o de impedir que otros puedan acceder a esa nominación.

Es por eso que se reclama a todo pulmón que se apruebe ese estatuto, aun sea como quieran sus manejadores, en el entendido de que los electores se reservan el derecho de castigar a los responsables de este teatro politiquero que tiene harto a la sociedad toda.

Vladimir

Los dominicanos celebran con denodado júbilo la exaltación de Vladimir Guerrero al Salón de la Fama de Cooperstown, santuario del béisbol de Grandes Ligas, sitial que alcanzó con su extraordinario talento, acompañado siempre de por proverbial humildad y honradez profesional.

Vladimir fue por casi dos décadas una gran estrella en la Gran Carpa, donde llegó a obtener el premio de Jugador Más Valioso, ocho bates de plata y participar en nueve juegos de estrellas, además de exhibir excepcional defensa en el jardín derecho.

Con su exaltación a Cooperstown y por su limpia hoja de vida, Vladimir Guerrero se erige como un gran ejemplo para la juventud dominicana, que como él, alejada de vicios y con esfuerzo y dedicación, puede alcanzar los mejores lauros que ofrece la vida.

El Nacional

La Voz de Todos