Opinión

Cinco razones para un cuatro

Cinco razones para un cuatro

Melanio Paredes tenía razón cuando dijo que si le inyectaran  una suma importante de recursos al Ministerio de Educación  no sabría en qué emplearlos.  Educador de larga data, conoce que cada vez que se aumenta el  presupuesto sin planificación, solo redunda en salarios suntuosos para inflados asesores internacionales; compra de equipos que se roban funcionarias (caso de los dos centros de educación inicial que se crearon con materiales del Ministerio, y el almacenamiento de pupitres en Santiago, cuyos autores aun no han sido enjuiciados); o los programas de desayuno escolar donde la leche era solo grasa.  Hay dos sectores donde robar ameritaría sanciones ejemplares:  la salud y la educación, porque esos hurtos afectan el cuerpo y el espíritu de la emergente  población dominicana.

Creemos que podemos ayudar a Melanio revisando  las estadísticas de educación, lo cual podría aportar los nichos donde invertir ese cacareado cuatro por ciento del presupuesto nacional, a saber:

1-Educación Inicial:  Tenemos una de las tasas más bajas de educación inicial en América Latina y El Caribe, lo cual explica que tengamos una tasa de repitencia de tres años.

2-Tutorías remediales en Lengua y Matemática:  Se ha detectado que la mayoría del estudiantado dominicano tiene  deficiencias en matemática y lenguaje.   La primera presidenta dominicana de una universidad comunal en USA:  Daisy Coco De Filippis ha cimentado su éxito en la creación de programas de tutoría para emigrantes, con énfasis en las mujeres jóvenes, a quienes más afecta el desempleo.

3-Tutorías tecnológicas: La educación superior sobrepasa los niveles regionales, pero carece de orientación tecnológica.

4-Creación de bachilleratos técnicos:  Para el fomento de carreras intermedias que superen el empiricismo de electricistas, plomeros, soldadores…

5-Aumento  a los profesores:    Los bajos salarios de un sector donde predominaban las Salome Ureña, han provocado un éxodo hacia la educación privada, vacío que ocupa un sector semimarginal cuyo desnivel cultural se transmite al estudiantado. 

Si el cuatro es un número fatídico por lo limitante de su vibración, añadámosle un cinco para que se transforme en nueve, la vibración de la sabiduría.

El Nacional

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