All About Steve

No hay que ser un genio para darse cuenta, en primera lectura, que el guión de All About Steve apesta. Por eso resulta un tanto incomprensible, como lo es la película en toda su extensión, la razón por la cual la actriz Sandra Bullock asumió no sólo el rol estelar de este film, sino que además fungió como coproductora del mismo.

La Bullock es Mary Horowitz, una solterona de treinta y tantos años muy distinta a las mujeres de su edad. Ella vive con sus padres, puesto que no ha encontrado su verdadero amor, y se dedica a crear crucigramas para un periódico local. Su conocimiento es vastísimo, pero es ella es tosca, impulsiva y neurótica. Y lo que es aun peor: habla hasta la exasperación. Cuando sus padres le organizan una cita a ciegas con alguien que ella supone es un idiota, pero resulta todo lo contrario, literalmente salta sobre éste, y casi lo viola en un intento por hacer el amor ipso facto!

El agraciado, o más bien el infortunado no es otro que el Steve del título (Bradley Cooper), por supuesto, camarógrafo de una cadena de televisión, y Mary sencillamente se obsesiona con él de una forma tan enfermiza que se lanza a perseguirlo por donde quiera que éste vaya en compromisos de trabajo. El resto del film se reduce a sacar supuesto provecho humorístico de los distintos problemas y dificultades en los se ve envuelta Mary en su infatigable periplo. El film es una pretendida comedia romántica que carece de romance y tampoco divierte. Por el contrario deja al espectador con la incertidumbre de no saber si reír (por la vergüenza ajena), o llorar.

Un director con talento porque aquí no solo el guión sucumbe de forma espantosa habría puesto a Bullock a parodiarse así misma, pero Phil Traill poco o nada sabe sobre eso. La película va de un lado a otro con un desgano y carencia de propósitos asombrosa. All About Steve es necia, ridícula y sencillamente insoportable. Aquí no hay siquiera un solo personaje que concite un mínimo de simpatía.