The Time Travelers Wife
A simple vista, The Time Travelers Wife parece ser una película de ciencia-ficción. Sin embargo, pese a que uno de los componentes narrativos de su historia es viajar en el tiempo, el film está muy lejos de ser clasificado, con todo rigor, dentro de ese renglón. Su objetivo apunta hacia otra dirección.
Henry viaja a través del tiempo, pero no lo hace por su propia voluntad. Es decir, no obstante de que sus viajes guardan una conexión geográfica, él no tiene control de hacia donde ir ni cuando partir. Y por esta misma razón, tampoco puede alterar la historia en su propio beneficio. ¿Es esta una apuesta a favor del destino y la predeterminación de las cosas?
De todos modos, es en uno de estos viajes al pasado cuando Henry (caracterizado por el actor Eric Bana), conoce cuando apenas era una niña, a la que en el futuro será su esposa, personaje que interpreta la actriz Rachel McAdams.
Los constantes ir y venir en el tiempo, probablemente desesperen a muchos espectadores ya acostumbrados a ir directo al asunto, es decir, a la cama. Sin embargo, esto es precisamente lo que permite al romance el punto central del film establecerse y fluir de manera natural y creíble.
Por supuesto, hay que anotar que The Time Travelers Wife es una fábula del absurdo en toda su extensión. Pero lo es de forma honesta, simpática, y sobre todo, humorística. Se requiere de un poco de todo eso para transitar los veleidosos caminos del romance entre dos seres extraños y diferentes.
Es cierto que el tono, inevitablemente, feminista de la historia no resulta particularmente atractivo para un sector del público. Pero aun así, el director Robert Schwentke y el guionista Bruce Joel Rubin han hecho un ingente trabajo, adaptando una novela larga y compleja, y en especial, al conseguir unas sólidas y luminosas caracterizaciones no sólo de Bana y McAdams, sino también del resto del elenco.