¿Qué Pasa?

Cine y sociedad

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Sin grandes sorpresas ni en apariencia abundantes recursos o efectos visuales, este film ha logrado lo que la mayoría de las películas de terror no pueden ni medianamente alcanzar: aterrar de forma decidida y con fruición.

The Conjuring representa un caso raro, puesto que en la película prácticamente no hay sangre, y sin embargo, ha sido clasificada R por la censura norteamericana, al parecer por considerarla ‘muy atemorizante’.

No se trata de un gran film, pero la película tiene ese toque de inteligencia y suspenso hitchconiano que lo distingue y eleva por encima del promedio.

La historia, etiquetada con el san Benito de ‘basada en hechos reales’, –aunque   a estas alturas ya no se sabe qué es verdad y qué es mentira– ; se desarrolla en el pueblo de Harrisville, Rhode Island, en 1971. Allí, Carolyn y Roger Perron (Lily Taylor y Ron Livingston), y sus  cinco hijas recién se han mudado a una vieja casa, sin saber que está habitada por espíritus malignos.

Así que cuando la presencia de estos aterrorizantes espectros se hace insoportable, los Perron no huyen como haría cualquier mortal, sino que buscan ayuda profesional, y contratan a dos parapsicólogos          –Lorraine y Ed Warren– (interpretados por Vera Farmiga, Patrick Wilson), para que los ayude a expulsar aquellos demonios de allí.

El relato es simple y esquemático, pero en su puesta en escena es donde el director James Wan demuestra su valía y talento. Excelentes angulaciones y movimientos de cámara, y además, estupenda musicalización.

Mientras las películas de horror de estos tiempos apelan a la truculencia y la violencia más inconsecuente para impresionar al espectador, The Conjuring recurre a lo básico y lo simple: se va a los orígenes y deja que el silencio, el espanto y el suspenso lo envuelvan todo.

El resultado es un film que descansa más bien en la habilidad del director Wan y su efectivo montaje; en la precisión del guión escrito por los hermanos Chad y Carey Hanes y en las comedidas y muy creíbles caracterizaciones de Farmiga, Wilson, Taylor y Livingston.

Aunque no concluye de forma tan satisfactoria, el film se torna tan intenso y escalofriante que en algún momento uno tiene que comprobar que no hay nada extraño a su alrededor.

 

El Nacional

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