¿Qué Pasa?

CINE Y SOCIEDAD

CINE Y SOCIEDAD

Enamorándome de mi Ex

No importa que el título original (en inglés) insista una y otra vez, de que la trama de este film es complicada. Nada de eso. Es tan simple como el agua, y tan carente de genuino interés y contenido como esas comedias tontas que alborotan a los teenagers.

La diferencia estriba básicamente en que la película fue escrita y dirigida por Nancy Meyers, quien luego de sucesivos éxitos comerciales, disfruta en Hollywood de un prestigio y unas condiciones de trabajo que ya quisieran muchos poseer, pero sobre todo, en la solidez del elenco del film. Lo menos que puede esperarse de una comedia cuyo reparto lo encabecen Meryl Streep, Alec Baldwin y Steve Martin es que sea medianamente entretenida y divertida.

Eso de alguna forma está garantizado, aunque por otra parte, no pueda evitarse la decepción. Streep da vida a Jane Adler, una elegante señora de clase alta, que ya pasó la barrera de los 50 años de edad, con tres hijos, y divorciada hace 10 años.

En la fiesta de graduación de su hijo adolescente, Jane se pasa de copas, y se va a la cama con su ex esposo Jake (Baldwin), quien aunque está casado con una mujer mucho más joven que ella, de repente encuentra ahora que todavía la lleva en su corazón (?)  A partir de entonces nace un affair entre ambos, y se desencadena un triangulo amoroso, puesto que Jane también se siente inclinada hacia el arquitecto Adam (Martin).

La directora Meyers no se propone derrumbar altares  ni condenar convenciones sociales. Ella va a lo seguro, y por eso apela a las triquiñuelas de su propia probada fórmula.

Lo que prevalece en la historia es el tono ingenuo, risueño y desenfadado de una sociedad en la que el oropel y la abundancia brillan con furor. No hay espacios para las reflexiones sobre las emociones humanas o sobre la llamada crisis de la mediana edad. Eso es harina de otro costal, y no de esta película.

Con un guión pobre, superficial y poco realista, y con una actuación desafortunada de la usualmente maravillosa Meryl Streep –su personaje es un manojo de risas tontas y gratuitas– la película se mantiene a flote gracias al humor repentino de Baldwin y al delicioso, aunque breve personaje de John Krasinski.

El Nacional

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