La postulación de Margarita Cedeño, es una muestra de degeneración política. Para sustentar esta afirmación, basta decir que un partido con apenas 38 años de fundado postula a alguien que no ha hecho aporte alguno a su desarrollo; pero está todavía en la memoria colectiva el hecho de que, en octubre del año pasado, el senador Félix Bautista, hombre de confianza de Leonel Fernández, anunció por error que sería Cedeño la compañera de boleta de Danilo Medina, tras el desmentido de rigor, una semana después, Danilo Medina anunció que había tomado esa decisión.

¿Qué título llevaría el relato? El monarca y los títeres, por ejemplo, o cualquiera que deje claro que del centralismo democrático deformado, el PLD pasó a la centralización de la toma de decisiones. Se injertó Leonel Fernández el dedo de Joaquín Balaguer.

En el caso del PRD, la selección de los candidatos ha dejado ver sucias manipulaciones, ausencia de vergüenza y ofensiva ostentación de dinero. Sólo se renuevan los mecanismos de fraude y las artes para atraer recursos económicos.

¿De qué modo pueden comunicarse con las mayorías organizaciones dirigidas por millonarios que se protegen entre sí mediante un pacto de impunidad y encubrimiento? Mediante el uso de la fuerza para imponer la carga de la crisis, y mediante el clientelismo para crear ideología con el fin de dar apariencia de legitimidad a un sistema injusto y excluyente.

Por eso reparten dádivas que no se acercan en valor y precio al despojo que sus dirigentes legalizan y tratan de legitimizar. Voces y plumas pagadas reseñan la repartición sin destacar la carga de humillación y de irrespeto a la dignidad humana.

La meta de dirigir a las masas en la forma atrasada en que fue concebida por Juan Bosch (el aspecto más cuestionable de su pensamiento es la relación entre el partido y las masas) las organizaciones formadas por él han pasado a instrumentalizarlas sin reparo. Degeneración, ausencia de principios y corrupción son sinónimos.