Opinión

Clientelismo y abuso

Clientelismo y abuso

Las dos organizaciones creadas por Juan Bosch y destinadas, según sus primeros documentos, a dirigir a las mayorías, son ejes del clientelismo y creadoras de ideología para legitimizar el abuso y la coerción de clase. Durante las últimas tres décadas, el Partido Revolucionario Dominicano y el Partido de la Liberación Dominicana han utilizado la represión y la estafa política como recursos para mantener la gobernabilidad.

A finales de la década de 1970, el PRD llevó al Palacio Nacional al sustituto de Joaquín Balaguer.

La excarcelación de los presos políticos y el retorno de los exiliados, fueron medidas de gran impacto político. En términos sociales, se trató de expandir las capas medias en el marco de las políticas de sustitución de importaciones y de demanda inducida.

Hubo un rediseño del esquema de dominación a nivel local, pero el autoritarismo se mantuvo (la puesta en retiro de generales que encarnaron la represión fue dirigida desde la Embajada de Estados Unidos). No se hizo justicia en los numerosos casos de desfalco, malversación y asesinato, y se utilizó la fuerza contra quienes se movilizaron en demanda de mejores condiciones de vida y de trabajo.

En la década de 1980, ya no era necesario interpretar las ideas de José Francisco Peña Gómez. Evidentemente, él estaba dedicado a presentar como legítimos los actos de un gobierno con muchas figuras ligadas a la corrupción y, en conjunto, corrupto. Además, trataba de evitar la destrucción del PRD por la acción de jefes de grupos que se disputaban el acceso a los recursos del Estado y a las arcas de los corruptores de vieja data. ¡No podía dirigir la aplicación de una política de masas! Su carisma y su capacidad de convocatoria fueron utilizados para preservar el autoritarismo, y esto ya era inocultable.

El PLD había asumido formalmente una política de masas, pero, en los hechos, privilegiaba el crecimiento electoral en detrimento de la formación política.

En abril de 1984, cuando el gobierno del PRD lanza los militares a las calles a reprimir a quienes protestaban contra los ajustes fondomonetaristas, en la oposición hay un PLD (que un año antes expulsó a un grupo de miembros con ideas avanzadas) con una política de masas que no es tal, y un Partido Reformista Social Cristiano dirigido por Joaquín Balaguer, quien encabezó tres gobiernos corruptos, abusadores y criminales.

Con la izquierda atomizada y los partidos mayoritarios cada vez más alejados de las mayorías, los estrategas del sistema entendieron que se podía pagar el costo político de la represión en aras de mantener la gobernabilidad… Y las calles fueron teñidas con sangre…

El Nacional

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