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Cójanlo

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Caso omiso

 

El presidente de la Asociación Nacional de Detallistas de Gasolinas (Anadegas), Emilio Vásquez, ha reiterado que la corrupción permea los permisos para la instalación de gasolineras y envasadoras de gas. Aunque ha citado múltiples violaciones en diferentes puntos del territorio, las autoridades no parecen siquiera darse por aludidas. Las irregularidades con la instalación de las estaciones se agregan a las denuncias de otros sectores sobre la alegada corrupción en que se incurre con el subsidio de los carburantes.

La desconfianza en el sistema judicial impide, para colmo, que los tribunales sean apoderados de los conflictos, teniéndose que aceptar las supuestas violaciones como un hecho consumado.

Vásquez se consuela con la afirmación de que “Anadegas ha sido clara con respecto a las violaciones de las leyes, con relación a la aprobación de gasolineras en los últimos meses, producto de los niveles de corrupción que se estarían dando en el Ministerio de Industria y Comercio y otras esferas del Estado”. Por el desconcertante mensaje que traduce, las denuncias no deberían quedar en el aire. Las autoridades deben siquiera ofrecer alguna explicación.

El Nacional

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