Apagones en Venezuela
Venezuela es un espejo para mirarse. Después de ser uno de los principales exportadores mundiales de petróleo y una de las economías más sólidas de la región, la nación bolivariana se ha visto compelida a racionar el suministro de energía eléctrica. La sequía, causada por fenómenos como El Niño, ha gravitado en la crisis, pero también la caída de los precios del petróleo.
Hoy la nación, que patrocinó programas tan solidarios como el de Petrocaribe, carece de divisas hasta para solventar sus necesidades más perentorias. Los centros comerciales, ascensores, escaleras mecánicas y otros medios han sido víctimas de los apagones impulsados por el Gobierno para economizar energía.
La decisión, que se une al desabastecimiento de bienes básicos, se la pone más difícil a los venezolanos, que desde hace tiempo están colmados de dificultades.
Aunque el petróleo esté por el suelo países que carecen del rubro y que tampoco cuentan con fuerte aparato productivo deben mirarse en el espejo de una nación que nadie suponía que hoy tendría tantos problemas como Venezuela. Se podía pensar cualquier cosa menos que la nación sería víctima de apagones.
