Cobra víctimas
Al asumir el ministerio de Defensa, Rubén Paulino Sem anunció que otros mil militares reforzarán el patrullaje como parte de la lucha contra la criminalidad y la delincuencia que azotan a la población. Si bien se entiende que la militarización no es la única respuesta a la inseguridad, se sabe que por lo menos ayuda a prevenir acciones delictivas. Dos de los últimos casos ocurridos estos días, las muertes de un capitán y un raso del Ejército, indican que la violencia ha continuado su agitado curso.
El capitán Nogui Daniel Noesí Popoteur, de 61 años, fue muerto de un disparo durante un asalto en su residencia de la calle Manuel Ubaldo Gómez, de Villa Consuelo. El oficial trasladaba unas mercancías de su vehículo cuando fue atacado por los maleantes.
El caso ocurrió el miércoles, pero ya el domingo el raso Adderlyn Cuevas Ramos cayó abatido por los disparos de desconocidos que eran perseguidos por una multitud tras asaltar a varias personas en Gualey. Dos civiles fueron también alcanzados por los disparos. Se pueden citar muchos otros casos que evidencian la necesidad de reforzar la lucha contra la violencia callejera a fin de restaurar la seguridad ciudadana.
