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Cójanlo

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Leyes incentivos

 

La cantaleta de funcionarios del Gobierno sobre las leyes de incentivos no deja de generar suspicacias. Tal parece que se esgrime como un arma para amedrentar. Porque si las exenciones constituyen un obstáculo para las recaudaciones, como declaró el titular de Hacienda, ¿por qué no acaban de modificarlas? Con un Congreso que opera como caja de resonancia del Ejecutivo no habría el menor obstáculo en eliminar, adecuar o reducir a su mínima expresión las satanizadas leyes de incentivos.

Durante un encuentro, el ministro Donald Guerrero expuso que el régimen de incentivos fiscales y exoneraciones, formado por 35 disposiciones legales, limita la capacidad recaudadora del Gobierno.

Y como si fuera poco objetó que los regímenes especiales constituyan la regla y no la excepción. Más cuando el propio funcionario señaló que el régimen crea un escenario de zonas grises difíciles de fiscalizar, “provocando mayor evasión y un sistema tributario injusto”.

De tanto repetirse la objeción se ha convertido en una cantaleta que plantea inquietudes. El Gobierno no tiene más que presentar un proyecto de ley sobre los incentivos con la seguridad de que el Congreso lo aprobará sin discutir.

El Nacional

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