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Cójanlo

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El temor de Temer

 

En la cuerda floja como está, lo más normal es el pataleo del presidente de Brasil para evitarse caerse con el proceso judicial por supuestas irregularidades cometidas durante la campaña electoral de 2014 en que llegó al poder como compañero de la defenestrada Dilma Rousseff.

Lejos de desmarcarse del financiamiento ilícito por el que se le juzgaría, el mandatario apeló a las consecuencias que el proceso tendría sobre la estabilidad social y política de la nación. El caso se tramita en el Tribunal Superior Electoral (TSE).

Si bien ha reiterado que no se presentará como candidato a las próximas elecciones, el gobernante espera concluir el mandato que heredó tras la destitución de Rousseff por manipulación de las estadísticas fiscales.

Con las investigaciones de corrupción del escándalo Lava Jato, por el que están presos políticos y empresarios prominentes, en Brasil la atmósfera está bastante cargada.

Después de la destitución de Rousseff en medio de movilizaciones populares en apoyo y en contra de su ejercicio, las consecuencias que aduce Temer de un juicio para apartarlo del poder la verdad es que están por verse. Y más cuando no goza de mucha popularidad.

El Nacional

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