Señales suspicaces

Los antecedentes revisten de mucha suspicacia los pretextos, reales o supuestos, del juez de ejecución de la pena de San Cristóbal que autorizó el traslado desde la cárcel de Najayo a la de Vista del Valle, en San Francisco de Macorís, del sicario Alejandro Castillo Paniagua (Quirinito) para no comparecer a las citaciones del Consejo del Poder Judicial.

A la primera cita Willys de Jesús Núñez Mejía, suspendido como juez, alegó que no podía comparecer porque estaba en Panamá participando en un curso, pero a la segunda no asistió sin ninguna explicación.

Ahora ha salido a relucir que en 2013 el magistrado había otorgado prisión domiciliaria a Priscila Díaz Infante, quien estaba condenada a 30 años por el secuestro y posterior asesinato de Víctor Augusto Féliz, hijo del exsenador por Barahona, Víctor Augusto Féliz Matos.

Sin embargo, ha sido la desaparición de Castillo Paniagua, después de ser beneficiado con prisión domiciliaria y se fingiera su muerte, lo que ha escandalizado a la población.

Aunque hay muchas interrogantes sobre las decisiones del juez Núñez Mejía, su historial amplía el compás de conjeturas sobre la dinámica del sistema judicial.