Altagracia Paulino, actual directora del Instituto Nacional de Protección del Consumidor, es una de esas figuras pública que merecen todo el respaldo a sus funciones. Hay gente que no quisiera verla ni en pintura. Es lógico.
Esta mujer ha evidenciado como nadie su capacidad técnica y responsabilidad para enfrentar las intentonas de fraude, de distorsión y de engañifas a los consumidores respecto de la oferta de productos y servicios, de parte de empresas comerciales e industriales.
Una servidora pública que ha enfrentado con entereza todos los conflictos que genera el ansia de ganar dinero sin miramientos y sin ética. Los ejemplos son muchos.
Lo del salami se intuía y, con excepción obligada de las grandes empresas reconocidas y normatizadas, existe una gama de empresas pequeñas, muchas totalmente fuera del control que debían tener otros organismos del Estado que ofrecen un producto cuestionable Hubiera sido de justicia identificarlas para evitar consecuencias a las que si cumplen con las normas.
Proconsumidor hizo una investigación a los productos de 22 embutidoras de las cuales se analizaron 258 unidades, seis por cada marca , correspondientes a Distrito Nacional, provincia Santo Domingo, Santiago, Duarte, Barahona y San Pedro de Macorís.