Altagracia Paulino
¿Una enfant terrible?
Vista desde la perspectiva superficial, Altagracita Paulino, pareceria una especie de enfant terrible, una funcionaria con el deseo de violar la ley, entrometerse en lo que no le debe importar y con licencia para importunar la tranquila dimension, hasta ahora, que comporta la supervisión del servicio a los clientes, usuarios o consumidores.
Cuando la directora de ProConsumidor revelo que muchas bombas de gas propano entregan menos producto del que los choferes les pagan, y comenzó a cerrar estaciones, la Dirección que debía haber tenido esa responsabilidad y que no la había ejercido nunca, salio a enfrentarla. Raro comportamiento. La Digenor hizo de mercenaria oficial de los que nos venden una cantidad de gas y nos cobran por encima de lo entregado.
¿Dónde estaba Digenor que no se daba cuenta? Esa institución puede alegar todos los vericuetos legales que desee, pero la realidad parece evidente. Había complicidad o indiferencia. Simple.
No se entiende.
Nueva vez, desde las propias esferas del gobierno se intenta frenar o paralizar el trabajo de Altagracia Paulino a favor de quienes consumimos productos o servicios.
La postura de la Superintendencia de Bancos para desautorizarla en su reclamo legal de revisar los contratos de adhesión que nos nos hacen firmar a los usuarios de tarjetas, no solo es inexplicable. Es inconsecuente.
La ley que crea el Instituto de Protección del Consumidor (PROCONSUMIDOR) establece la autoridad necesaria para requerir toda información que implique abusos, deficiencias o malas prácticas de comercio.
Perfecto que la Superintendencia alega que ya tiene los contratos. Pero y por que no pueden ser depositados en ProConsumidor, par ver si se nos esta cobrando saldo insoluto o saldo total. Los bancos se confiesan como entidades que operan de buena fe, por lo cual se les supone incapaces de una practica tal ilegal y delincuencial como es la de cobrar saldo por el total de la deuda cuando se paga una parte.
La sospecha debe ser despejada. La percepción general es que se nos esta estafando con el beneplácito silente de quienes debían supervisar esas practicas.
Si a alguna institución debe interesarle que se transparente el asunto, es al banco. Altagracia Paulino simplemente quiere ir al hacer el trabajo que se le encomendó.
Desde el gobierno debe definirse si es legitima la lucha por la defensa de los consumidores. Esos dos mensajes paralelos, el institucional y el de las derechas burocráticas oficiales, debe ser desmantelado.
