Opinión

Como cada  Domingo  

Como cada  Domingo  

Las intoxicaciones que se han registrado con cierta constancia en las escuelas públicas han movido a mucha preocupación y han generado todo tipo de interpelaciones y sugerencias en cuanto a las responsabilidades.

¿Existe un asesino que, inyección envenenada en mano, está recorriendo los planteles?

¿Es un defecto de fabricación de los proveedores de la leche?

¿Y si es un problema en el producto que sirven tanto ganaderos locales como en la formula procesada industrialmente en base a componentes importados, por qué no se intoxican todos los niños y niñas que la consumen?

¿Por qué las intoxicaciones son localizadas y se producen en una escuela determinada?

¿Qué ha pasado con las investigaciones a cargo de las autoridades del Ministerio Público?

¿Si es un veneno intoxicante, por qué no se ha determinado cuál es y quién o quiénes son los responsables?

¿Puede  entrar el envenenador a una escuela a inyectar la leye? ¿No hay vigilancia o supervisión?

No pretendo descubrir la formula del agua tibia, pero siento tanta pasión alrededor del tema que me parece apelar a la lógica y al sentido común.

Las intoxicaciones con la leche servida en el desayuno escolar se deben a mal manejo de las raciones en escuelas y partidas específicas.

 Escolares se han intoxicados tanto con la leche de Ladom, como la servida por los ganaderos, de modo que no se trata de deficiencia en la producción.

Ambas leches son buenas para su consumo. No ha habido intoxicaciones generalizadas con la leche.

No hay “asesinos” que andan con un veneno para inyectarlo a la leche. Se han afectado escolares donde se ha manejado incorrectamente el alimento, es decir donde ha primado la falta de higiene. Existe una grabación de una conversación telefónica en la cual un dirigente ganadero, a al ser informado sobre una intoxicación con un lote de leche de la empresa Ladom, este reacciona con sarcasmo, pero no con sentido de alegrarse por lo ocurrido.

Fue un error de ese ganadero no tomar en cuenta la parte humana del asunto, que es mucho mas seria que la trascendencia.

Pero esa reacción destemplada, no implica intención o responsabilidad en un asunto tan grave. El estado de insalubridad en el manejo de estas leches (las de Ladom y las de los ganaderos) ha sido mostrado por fotos en los diarios El Día y El Nacional.

Nos estamos perdiendo en lo claro. Lo criminal es lo sucios que somos. La comisión que debe investigar debe ser de bacteriologos y bioanalistas, no de abogados oficialistas de la Procuraduría, por muy altos que sean sus cargos.

El Nacional

La Voz de Todos