Librerías desaparecidas.-
La creación de Librería Mamey, ubicada en calle Las Mercedes 315, frente a la iglesia del mismo nombre, viene a subsanar la enorme cantidad de librerías que han desaparecido, siendo muchas de ellas, verdaderos centros culturales de inolvidable recordación.
Como librería cultural, Mamey se ubica ahora (conservando las distancias) junto a Librería Cuesta, emparentadas por la labor que ambas realizan en gestión y promoción de la cultura. Mamey es más pequeña y no tiene el sustento formidable de un grupo (organizado, corporativo y consciente de su rol social como es CCN).
Con nostalgia sentida se recuerda a Librería Thesaurus, la creada por Juan y Jenny, que modificó el concepto de librería en el país y que era un oasis de literatura, arte, pensamiento y gestión activo de cultura. Cerró sus puertas en octubre del 2012, con un pesar que aun se sigue sintiendo.
Mamey, junto a La Trinitaria, la protectora del libro dominicano gracias a la entrega de Virtudes Uribe y Juan Báez, y que aún subsiste pese a la crisis, y la Librería Hostos (especializada en libros jurídicos, y ubicada en la calle Hostos con Mercedes).
Hoy quiero recordar las librerías desaparecidas:
• Librería América, fundada por el inolvidable Perucho;
• Thesaurus, (Avenida Abraham Lincoln esquina Sarasota) responsable de la introducción del concepto moderno de librería cultural;
• Casa Cuello (El Conde con Hostos y avenida 27 de Febrero con Núñez de Cáceres) propiedad de los Hermanos Cuello, que se perdió en las andanadas de la crisis económica. Hoy hay un hotel y un banco en los locales que ocupaban, respectivamente;
• Hostos, fundada por Héctor Western;
• Librería Dominicana. (Calle Las Mercedes casi esquina 19 de Marzo, Zona Colonial), fundada por el que debe ser considerado padre moderno de los libros, el pastor Julio D. Postigo, creador de la idea de la Feria de Libro,
• Padilla (en El Conde), fundada por Alberto Padilla;
• Cervantes, (Nouel con Palo Hincado), de enorme prestigio por la actualización de su estantería;
• Amengual. Una tradición familiar iniciada en la calle El Conde, importando revistas, como la –Bohemia y Carteles, y la famosa infanto-juvenil argentina Bililken.
No están todas las desparecidas en esta lista. Pero nos recuerdan el noble papel del librero, conservador y vendedor del arte y el pensamiento humano.
