Semana

Como cada Domingo

Como cada  Domingo

No se fue…

 

Hay gente que no muere. Puede que las dejemos de ver. Que no vuelvan a sus faenas cotidianas y que para visitarla, haya que acudir al silencio mortificante e inexpresivo de una tumba. Pero, pese a ello, hay gente, algunas personalidades singulares, que no se marchan nunca.

Una de esas personas, que toma vida cada día por su obra, es Armando Almánzar Rodríguez, el crítico que sentó en el país las bases de la crítica profesional de cine, en base a la documentación precisa, el enfoque técnico y con la singular forma de valoración estética con que lo hizo.

No fue el primero en escribir para un medio escrito sobre el arte integral. No. Antes habían escrito Santiago Lamela Leger, Alvarito Arvelo hijo y otros.

Armando revive, entonces, a cada instante. Se le puede sentir en cada oportunidad en que sentimos la necesidad de orientarnos o de valorar una película vista o por serlo.

El pasado lunes, la vida de este hombre fue revivida al máximo, cuando cientos de sus lectores, compañeros críticos, directores, productores, actores y actrices, ejecutivos de organismos públicos y privados vinculados al cine, se congregaron en la más amplia sala de Fine Art´s, tan solo para recordarle. Fue el gran acto del recuerdo.

Un colectivo acto de amor y justicia por Armando: el de la voz orientadora en cine, con sus crónicas de cada sábado, con sus intervenciones cada jueves en Matutino Alternativo, con su partición en A la hora señalada, con sus ocurrencias y observaciones en Cineasta Radio.

Gracias a la familia por esta oportunidad de disfrutarlo de esta forma. Gracias a Luis Martín Gómez por el humor y el respeto de su audiovisual, Gracias a Lucía Vera (nieta) y a Carmen Imbert, la inolvidable y digna, por sus palabras.