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Como cada Domingo

Como cada  Domingo

¿Y los editores?

República Dominicana, con pocas excepciones, no tiene editores profesionales de contenidos de libros. Son pocos los seres capaces, en el país, de transformar un contenido en un libro digno y memorable, tanto por su forma como por su contenido.

El editor profesional recibe textos, cuadros, tablas, fotos, dibujos y otras expresiones de creatividad intelectual y artística, y retorna a la sociedad, un libro.

Hay muchos tipos de editores de libros: está el que se ocupa de empresa que compran los derechos de un libro para su publicación tras un proceso; están las editoras que en realidad son imprentas (cuya labor técnica es de imprimir los libros que les llegan por contrato de personas o instituciones), pero el editor a que nos referimos es al de contenido o editor de mesa, ese que recibe un texto de parte de un autor y realiza un trabajo consistente en mucho más que corregirlo.

El editor recibe un texto y devuelve un libro. En inglés esta labor se llama “editing” o “copy editor”.
El editor puede ser escritor, pero no obligatoriamente lo es. Su labor primera no es crear un contenido, es ponerlo en condiciones óptimas de llegar a quien debe leerlo.

Esa labor incluye en primer orden, la corrección de estilo, que implica una re-escritura del texto de acuerdo a parámetros editoriales procurados y que no se debe confundir con las correcciones ortográficas y de pruebas.

Entre los editores profesionales con que contamos, tenemos a José Chez Checo, Orlando Inoa (Letra Gráfica), Jeanette Miller, Miguel de Mena (Cielo Naranja, digital), Bernardo Vega (Fundación Cultural Dominicana, Academia Dominicana de la Historia) Soledad Álvarez, José Alcántara,(Fundación Corripio, Banco Central) Piero Espinal Estévez (Opus, Cooperativa San José) José Rafael Lantigua, José Mármol (Banco Popular). No son los únicos.

El tema es para largo.