Opinión

Como cada  Domingo

Como cada  Domingo

La pasada semana, nos permitimos ofrecer tres consejos a tres amigos: Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado.

A Leonel, quien trabaja en el Estado con el cargo de Presidente, las gracias por la actitud asumida. Tuvo sentido de la historia.

A Hipólito y Miguel, las gracias por los indicativos de que superan la actual crisis en el PRD.

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Basilio Belliard es un narrador, poeta gestor cultural y ser humano de excepción.

Como lo tenemos tan inmediato, tan cotidiano, tan cercano, a  veces, no apreciamos su valor, su papel y su trayectoria.

Hoy me permito rendirle un homenaje personal.

Me place contar con su amistad tanto por la consistencia de su obra, la seriedad con que asume todas las jornadas de su trabajo así como por la sencillez de su trato, tan alejada de los egos intrincados que muchas veces adornan las personalidades del mundo intelectual en todo el mundo.

En diversas coyunturas en que se ha visto, Basilio ha sabido actuar con una responsabilidad que no debía sorprender a nadie.

Este martes próximo, en el auditorio del Museo de Arte Moderno, Belliard  ha convocado a todos los que admiramos su labor, a la presentación de sus dos libros, Piel del Aire (poesía) y Oficio de Arena (minificciones).

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De èèl dice Luis Martín Gómez en su Blog luismartingomez.blogspot.com:

”Basilio Belliard es tan formal que se pudiera pensar iba para cura. Estoy seguro que él fue ese joven correcto que las señoras del barrio soñaban para sus hijas. Siempre cortés, siempre elegante, por momentos cualquiera imaginaría a este poeta con capa, sombrero y flor en la solapa. No padece, por fortuna, este anacronismo que todavía algunos enarbolan con engolamiento de la voz, melena hirsuta e higiene escasa, y expresa, en cambio, su egolatría a través de la erudición y la calidad de su obra. Pero el Basilio “buena gente y seriecito” lleva la música por dentro y no sólo escribe poesía (que es un acto de locura en una sociedad orientada al consumo de cosas inútiles) sino que además la hace erótica (otro estallido de rebelión en una sociedad mojigata que algunos domingos hinca su hipocresía en un banco de iglesia).

En efecto, la doñita que lo vio crecer en Moca se taparía la boca de asombro si leyera:

Desecho está el cuerpo,

desnudo en la noche del tacto,

desecho en lágrimas de sueño,

duro campo de batalla el lecho.

Así anoche la noche,

ardido en sudores

el afanoso cuerpo

de los posesos.

El Nacional

La Voz de Todos