Dar intimidad y crear un ambiente hermoso y acogedor, son las dos funciones de las cortinas. Todos sabemos que éstas son esenciales en la decoración del hogar, sino le agregamos este detalle a nuestros espacios estos podrían verse desnudos sin textura, color y lo más importante, sin personalidad.
Todo bien hasta ese punto, el problema es que siempre nos preguntamos ¿Cómo podemos combinarlas según el color de las paredes? Debido a que no sabemos cómo hacer que mezcladas con el tono de nuestros muros el espacio no se convierta en una carpa de circo, o en un lugar aburrido y deprimente.
Si la pared es blanca puedes usar un cortinaje de cualquier color, hasta estampado. Mientras que si es gris, unas cortinas azules suaves, tonos pasteles o amarillos, le darán un toque refrescante.
Para la habitación azul, en este caso las telas cremas y blancas, no permitirán que te equivoques. Por otra parte las telas de tonos beige son acertadas con las tonalidades frías, cafés y tierras.
Hasta ahora los tonos en las paredes que hemos mencionado son suaves y neutros, pero si eres de las personas que a tu habitación le encanta darle vida con colores vivos, fuertes, como el amarillo, pues las cortinas verde lima o naranja le quedará a la perfección.
¿Eres de las personas que cambia bastante el color de los muros o tus espacios tienen muchas texturas y accesorios coloridos? Si es tu caso, deberías tener siempre guardadas en el armario varias cortinas neutrales, ya que son multifuncionales.
El largo y el ancho
Ya que estamos hablando de cortinas, no está de más aconsejarte sobre el largo y el ancho de éstas. Primero la longitud dependerá de tu gusto. Lo normal es agregar unos 15 centímetros al largo de la ventana, pero si te gusta que las cortinas arrastren, añade 10 centímetros, así quedarán apoyadas en el suelo. Recuerda dejarle unos 20 centímetros en la parte inferior para el dobladillo.
En cuanto al ancho súmale 15 centímetros a cada lado. El resultado que obtengas será lo que debe medir el ancho de las cortinas. A los lados debes dejar unos nueve centímetros para los dobladillos y seis centímetros donde se introducirá el riel.
