Mientras Amnistía Internacional insiste en la infamia de que el Gobierno ha decretado la apatridia de miles de ciudadanos de ascendencia haitiana, Estados Unidos anuncia la reanudación de las deportaciones de indocumentados de ese país, bajo el argumento de que la situación ha mejorado en Haití.
En cualquier escenario, República Dominicana lleva las de perder, toda vez que la aplicación de control migratorio es interpretada por organismos internacionales como forma de xenofobia, apatridia o racismo, en tanto que la mayoría de los haitianos deportados desde Estados Unidos vendrán a parar aquí.
Lo peor del caso es que Amnistía Internacional alega que las autoridades dominicanas agravan la situación de miseria del pueblo haitiano con el uso de sus prerrogativas migratorias, pero Washington aduce que la situación en Haití ha mejorado lo suficiente como para permitir que Estados Unidos expulse a los haitianos.
A los ojos imperiales, Haití puede regentar la situación difícil que supone la repatriación de miles de ciudadanos que intentaron ganar el sueño americano, pero para Amnistía Internacional, República Dominicana no puede ni asomarse a adoptar medidas similares.
Se acepta como bueno y válido que Centroamérica, México, Chile y las naciones del Caribe apliquen restricciones y deportaciones de indocumentados haitianos, pero si las autoridades dominicanas intentan poner en vigencia leyes migratorias, entonces cometen un crimen de lesa humanidad.
La propia Amnistía Internacional ha tenido que reconocer que el Estado dominicano ha hecho mucho por Haití y por sus inmigrantes en territorio nacional, pero continúa con la cantaleta sobre apatridia y deportaciones forzadas, mientras calla ante el infeliz argumento de Estados Unidos de que reanuda las repatriaciones porque ese pobre país ha mejorado.
El presidente Danilo Medina prefiere creer que ese organismo internacional carece de información precisa sobre el tema migratorio, pero hay razones para creer que nada que haga o deje de hacer República Dominicana en ese plano será bien acogido por esos gendarmes.
