La tierra podrá no temblar cuando se divulguen las delaciones premiadas de los ejecutivos de Odebrecht para agenciarse contratos en América Latina, pero el procurador general de la República tampoco puede esperar que llegue el momento para actuar, en dado caso, contra los involucrados por la empresa en las operaciones ilícitas que patrocinó en República Dominicana.
Jean Alain Rodríguez ha dado la impresión de que está más interesado en llegar a un acuerdo que permita a la firma continuar las obras que ejecuta, a cambio de una compensación, que en identificar y procesar a los sobornados, así como en evaluar la magnitud de las sobrevaluaciones de los diferentes proyectos.
El empeño de la firma en salir lo menos embarrada del lodazal es comprensible. No afilará cuchillo para su garganta ni se pondrá un lazo al cuello. De la misma manera en que ha reaccionado el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, rechazando las pretensiones del consorcio de imponer un arreglo que solo conviene a sus intereses, son las autoridades nacionales las que tienen que aclarar y defender el patrimonio de la nación.
Después que el presidente Danilo Medina le dio luz verde para actuar, reafirmando que en su Gobierno no había vacas sagradas, se supone que el Ministerio Público no tiene la menor excusa para profundizar las pesquisas sin importar “caiga quien caiga”.
Para lo que se ha avanzado en Perú, donde se ha imputado a tres expresidentes y se han suspendido las obras de Odebrecht; y en Colombia, donde ya está en la fase de confiscación de bienes a imputados, inquieta reconocer que en República Dominicana no se ha hecho prácticamente nada. El procurador Rodríguez no hace más que repetir la misma frase de que se está investigando y que no habrá impunidad, pero sin dar ninguna señal concreta que pueda trocar el pesimismo en optimismo.
Como si se tratara de una tabla de salvación el funcionario está aferrado al arreglo que permita a la constructora continuar con sus proyectos.
Los procuradores fiscales de 11 países en los que operó Odebrecht acordaron en Brasilia establecer la más amplia, rápida y eficaz cooperación sobre los casos de corrupción que envuelve al consorcio. Si las delaciones, que serán divulgadas en julio, son un detonante se dirá entonces que el procurador no quería profundizar la pesquisa para encubrir a los dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que se han rumorado.
De manera que la estrategia del compás de espera a que se ha apelado puede tener sus bemoles. Máxime después de las afirmaciones de Felucho Jiménez y el senador Euclides Sánchez en el sentido de que la organización había sido advertida sobre las sobrevaluaciones de obras.
