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COMUNICACIÓN EFECTIVA

COMUNICACIÓN EFECTIVA

Al cine dominicano le falta la imagen que soporta un coeficiente sensorial y emotivo que nace de las condiciones mismas en las que transcribe la realidad

Aprender  a leer  películas

 
El concepto fundamental del lenguaje cinematográfico, descifra el sentido de las imágenes y lleva a comprender sus sutilezas. Con esto indico que las visiones pueden ser discutidas del mismo modo que el de las palabras, y hasta se puede decir de cada interpretación que el espectador puede observar con deleite.

Al cine dominicano le falta la academia, el guión y carácter del diálogo e interpretación. Romper las expresiones locales y tocar las fibras de una buena verbalidad universal. El cine es comunicación efectiva.

Le sumo, la imagen que soporta un coeficiente sensorial y emotivo que nace de las condiciones mismas en las que transcribe la realidad. En este nivel, exige el juicio de valor y no el juicio de hecho, es por cierto algo más que una simple representación doméstica dominicanista.

Nuestro cine, con pinceladas artesanales, tiene que definir aquello que le agrega a lo real en su imagen. Louis Delluc, definió la fotografía como “ese efecto poético extremo de los seres humanos y de las cosas capaces de revelarnos la magia de las ideas creativas”. Por ello, Léon Moussinac ha escrito que “la imagen cinematográfica mantiene contacto con lo real y transfigura también lo real hasta la magia”.

Induzco la dirección de fotográfica, la narrativa inspirada en las imágenes en ristre que difunden las ideas y realización cinematográficas. Joseph Nicéphore Niépce fue el primero que concretó la fotografía en 1826, como visibilidad latente de los hechos.
El director de cine consciente debe depender del contexto fílmico creado por el montaje, también de la óptica del espectador, con reacciones según válidas aficiones: su instrucción, cultura, opiniones morales, políticas y sociales.

Es perfectamente posible que eviten cualquier error de interpretación al entregarse a una crítica interna (referencia a la película como totalidad significante), y externa (la personalidad del realizador y su concepción del mundo que pueden indicar a priori el sentimiento de su mensaje) del documento fílmico.
El cine o séptimo arte, como también se le llama, reitero, es un lenguaje que hay que descifrar, porque nuestro análisis tiene el carácter de comprender las causas profundas de este “poder superior del contagio mental” del que dispone el cine, según la expresión de Jean Epstein.

Para leer una película hay que tener exactitud de la dirección actoral, es uno de los medios a disposición del cineasta para crear su universo fílmico. El cine tiene relación con el teatro. En la escena, el actor o la actriz tienen un enfoque natural, para hacer perfectamente legible su rol.

La fascinación que ejerce el cine se explica antes que nada por la posibilidad que le da al espectador de identificarse con los personajes a través de los actores. Pero lo que norma el prestigio del gran actor, tanto en el cine como en el teatro, es que llega a imponer su personalidad a los personajes y a seguir siendo el mismo en las personificaciones más diversas.

Lamento mucho, que las comprobaciones, reflexiones de nuestros actores y/o actrices. No tienen teorizaciones que distinguen dos actitudes: ponerse en los lugares fundamentales y opuestos; ponerse en el lugar de los personajes o bien actuarlo sin encarnarlos, normas incorrectas en el cine quisqueyano.
En este contexto, Jacques Feyder, escribió: “En cine, el principio es sugerir”. Y a menudo se ha dicho que el cine es el arte de la elipsis.

La elipsis por fuerza forma parte del hecho artístico cinematográfico del mismo modo que las demás artes. Puesto que desde el momento en que hay actividad artística, hay elección. El cineasta, así como el dramaturgo y el novelista, eligen elementos significativos y los órdenes en sus obras.

¡Ojalá!, que en Dominicana, la elipsis que es inherente a la obra de arte exista como marca expresiva para que apunte a un efecto dramático y suele estar acompañado como símbolo cinematográfico lógico.

En verdad, el cine es el primer arte que aseguró el dominio del espacio con tanta plenitud. La imaginación y representación en una geografía creadora de los sentidos. El film nos permite una ubicuidad que somos incapaces de elaborar en la vida diaria. En cambio, el dominio absoluto que ejerce el cine en el tiempo es un fenómeno totalmente específico. Valora la sociedad en todo su conjunto.

Por fortuna, la instauración estética y la vida del cine son un arte que ha conquistado sus medios de expresiones específicas para desarrollar sus propias posibilidades con total autonomía.

La obra de Georges Méliès, para quien el cine fue el medio de proseguir sus experiencias de ilusionismo y de prestidigitación del Teatro Robert-Houdin, con recursos prodigiosamente ilimitados: hay arte desde el momento en que hay creaciones originales (incluso instintiva) a partir de elementos primordiales. Méliès, como inventor del espectáculo cinematográfico, tiene derecho al título de creador del séptimo arte.

Confió que el cine dominicano tenga un polo original y que evidencie su calidad creativística, para así erigirse en narrador-estético, con la dimensión y los conceptos de la semiótica cinematográfica internacional.

El autor es periodista, analista social y consultor en geopolítica.

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