Opinión

Comunidad

Comunidad

Ya hemos dicho que “la comunidad” no entraba, en ninguno de los doce renglones que integraban la “consulta al pueblo”. Sin embargo, los “consultados” sí se refirieron a la “comunidad” al abordar los temas: evangelización, parroquia y liturgia. Así, la tratar el tema de la evangelización, se denuncia, como una de las “causas posibles” de que el Anuncio del Reino no llegue a la gente, el hecho de que no nos “dejemos evangelizar por los pobres en comunidad”. Y consiguientemente se acepta como una “alternativa” urgente la “formación de Comunidades (C.E.B. u otras) donde se comparta la fe y la vida al lado de los pobres”. Los mismos, al tratar de la Parroquia se subraya como “Problema Prioritario” de la misma la “falta de sentido comunitario”. Y como causa posible se pone en primerísimo lugar “la falta de iniciación y formación con sentido comunitario y de vivienda de la fe en comunidad”. Y esa viene a ser seleccionada también como la “causa principal y única” en el primer congreso arquidiocesano de febrero de 1984. Por eso se propone como “alternativa primera, la “sectorización de la parroquia, que facilite la organización de comunidades cristianas  en plan de corresponsabilidad”. Finalmente, al tratar la liturgia también se denuncia enérgicamente que la “liturgia no aparezca como la acción de comunidad cristiana que celebra su fe, sino como un acto de cumplimiento o devoción”.

La evangelización, pues, la parroquia y la liturgia fueron ciertamente contextos muy adecuados para abordar el tema de la “comunidad”.

I.- En el Plan Nacional de Pastoral el tema de la “comunidad” forma parte de una de las prioridades. Pero entra  en las demás prioridades así como también el “marco doctrinal” y en el “diagnostico” pastoral. ¿Tenemos conciencia clara de lo que es “comunidad cristiana” o estamos jugando a ella enfebrecidos y alucinados con espejismos que abordan en “comunitarismos” estériles y demagógicos?

II.- En el “marco doctrinal” se afirma que la evangelización tiene que transformar el corazón humano de modo y manera que el hombre logre un  “modo de vivir personal y comunitario”. Y una iglesia continuamente evangelizada tiene que ser también una Iglesia comunitaria. Con más claridad e insistencia se reafirma la necesidad de la “comunidad” en el “diagnóstico pastoral”;

1) La evangelización “nueva” es la que nos “lleve a vivir en comunidades  continuamente evangelizadas  dentro y con focos de evangelización hacia fuera” (n.34). 2) La familia dominicana hoy se caracteriza por su falta “de preparación para asumir su dimensión comunitaria”. (n.36). 3) En el orden social, la evangelización no logra “a la responsabilidad personal y comunitaria (n.39). 4) En la acción misionera de la Iglesia se pide “crear auténticas comunidades cristianas de base que vivan su fe y se conviertan en focos de evangelización” (49).

No se pueden concebir, pues, al margen de la “comunidad”, ni la Pastoral Familiar, ni la Juvenil (n.98), ni la social ni la misionera, ni la evangelización misma. Pero, ¿Cómo se concibe la “comunidad” en  la pastoral comunitaria? Porque la “comunidad” es objeto específico de una “prioridad”.

El Nacional

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