Opinión

Con esperanza no hay miedo

Con esperanza no hay  miedo

Los jóvenes decidirán el destino dominicano en las elecciones del año entrante. Los votantes entre 18 y 40 años rondan el 60 por ciento del universo de electores. Una vez más, el certamen de la esperanza. Suena bonito y encajaría muy bien en una sociedad organizada, donde prevalezca la institucionalidad. Esa no es, sin embargo, nuestra realidad. La falta de la libertad económica es siempre aterradora, pero un pecho insuflado de ilusión es como las aguas de un río desbordado: nada las detiene.

Reducir la extrema pobreza local, es el compromiso fundamental e inaplazable de las fuerzas que busquen revertir las cifras del crecimiento concentrado en un puño

Lo que se nos presenta con crudeza es el drama de la aprensión, amenazante como puede serlo el uso corrompido del poder, confrontando la trampa a la buena fe, la humildad y sencillez del pueblo al uso abusivo del poder aplastante, el proceder correcto de la ley al clientelismo degradante y al vandalismo estrenado tristemente en las huestes leonelistas. Pero firmeza, mis hijos, que mantener la razón y la calma fortalece la confianza.

Reducir la extrema pobreza local, revelada en un informe de la CEPAL, es el compromiso fundamental e inaplazable de las fuerzas que busquen revertir las cifras del crecimiento concentrado en un puño, por la distribución equitativa de las riquezas. La inflación ha reducido el valor del peso en un 30%, de manera que cada obrero o empleado tiene la tercera parte de lo que creer recibir, es decir.

Todo esto se traduce finalmente en un desempleo creciente que mina el futuro de una masa de jóvenes en capacidad de entrar al mercado de trabajo, dejando fuera anualmente casi 200 mil de manos cruzadas. Nuestros muchachos están siendo desatendidos, a merced del desorden y la corrupción. Miles de inmigrantes ilegales están ocupando los puestos que les corresponden.

Otro factor que atenta contra el verdadero crecimiento y las oportunidades de trabajo lo es el parasitismo, presentado como política social, orientada en los gobiernos del PLD a sustraer esperanzas y posibilidades de salir de la pobreza, imponiendo la ignorancia y la injusticia social como instrumento de turbación. “Con miedo no hay esperanza –sostiene el Poeta-, y con esperanza no hay miedo”. Entender esta propuestatenaz es el gran desafío del Partido Revolucionario Moderno [PRM], como nueva fuerza con futuro.

El Nacional

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