Opinión

Conciencia pastoral

Conciencia pastoral

Veo que muchos párrocos, directivos de movimientos y organizaciones apostólicas. agentes de Pastoral sienten y resienten cada día más la presión” del plan nacional de pastoral. Algunos no ven el modo o la necesidad de insertarlo o relacionarlo con la “pastoral” vigente en sus parroquias u obras a movimientos. Otros, juzgándose pobre pastoralmente, se acomplejan, descorazonan y neurotizan, ante un plan que exige mucha gente; muchos campos simultáneos de acción, con métodos y técnicas nuevas y con metas a plazos fijos y con revisiones y programaciones sucesivas y  presentaciones y confrontaciones constantes con otras parroquias, obras y diócesis. 

1.- Son inevitables esas y otras situaciones y actitudes sumamente embarazosas y molestas.

 Y nadie quiere aparecer siempre y en todo el último o que no ha podido o querido entrar en nada. Por eso y otras muchas causas el plan exige una fuerte dosis de “concientización” y sensibilización y capacitación. Algo que no se puede liquidar de cualquier manera y algo que no se resuelve con importación de técnicos ni de sistemas. No hay recetas prefabricadas ni se puede pretender cosechar lo que no se sembró y abonó y regó; ni se puede evadir con substitutos fáciles.

II.- Es claro, y de un valor incalculable que muchos párrocos y agentes de pastoral han recibido una concientización fuerte e integral en virtud de su participación activa en todas y cada una de las etapas del largo proceso seguido para la confección delp1an. A través de dos largos años han sido arte y parte en las consultas al pueblo en las tabulaciones a distintos niveles, en los diagnósticos diocesanos y en la confección del plan nacional.

Esas personas no pueden ser desperdiciadas ni marginadas ni ignoradas ni suplantadas. Los que se relacionan con el plan sin esas experiencias y vivencias tendrán que suplirlas estudiando a fondo los tres documentos-base: 1) la-tabulación diocesana de las consultas al pueblo. 2) El diagnóstico diocesano 3) Y el plan nacional (por supuesto). Es obvio que esos tres documentos guardan una estrechísima relación de causa a efecto. Sin la tabulación diocesana no hubiera podido darse un auténtico diagnóstico diocesano. Y de los diagnósticos diocesanos surgió el plan nacional de pastoral. 

.III.- ¿Dónde están y qué papel están desempeñando en la ejecución del plan  aquellas personas que tuvieron parte activa y preponderante en las consultas en los diagnósticos diocesanos o en los encuentros nacionales? Es satisfactorio constatar que a ciertos niveles siguen involucradas en la ejecución del plan aquellas personas que también lo estuvieron en su creación a distintos niveles. Pero uno no puede menos de cuestionarse el que se designen a ciertas personas en puestos importantes para la ejecución del plan, cuando esas personas fueron totalmente ausentes y ajenas a su confección. La ciencia y experiencia, “pastorales” no se pueden improvisar ni academizar. La pastoral, más que ninguna otra ciencia, exige un contacto grande y constante con la “realidad”. Y es la auténtica lectura de la realidad la que determinará las acciones y soluciones a aplicarse.

El Nacional

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