Opinión

Conexión Brasil-RD

Conexión Brasil-RD

La noticia de las portadas de los diarios internacionales en días recientes fue el apresamiento de los dueños de las poderosas firmas Odebrech y Andrade. En ese escándalo han salido a bailar conexiones interestatales, inter-empresariales e inter-partidarias Brasil-RD, relacionadas con ese proceso.

A la gravedad de esa denuncia y a los detalles que enlodan altas instancias de poder gubernamental y empresarial de ambas naciones, se le agregan las decepciones que genera el hecho de que la matriz del mal es atribuida a un gobierno brasileño supuestamente de “izquierda”.

¡Cuánta admiración motivó Lula Da Silva y el liderazgo del Partido de los Trabajadores-PT de Brasil para desembocar en este desastre!

¡Cuánto daño han hecho ciertos ex-izquierdistas! Y no se trata del único caso de integración de organizaciones y personas con un pasado digno al sistema de dominación para reproducir sus métodos.

En verdad cuando el PT se aproximó al gobierno –y más aun siendo gobierno- fue dejando de ser izquierda transformadora. Su liderazgo pasó a posiciones reformistas. Luego giró más a la derecha: aceptó parcialmente el programa neoliberal, pactó con facciones de la derecha y con el gran capital financiero, se asoció a sectores de la gran burguesía paulista y favoreció Odebrecht y Andrade desde Petrobras y el Banco de Desarrollo de Brasil y a través de su política exterior.

En mis libros “¿Ccuá democracia, ¿cuál socialismo? y “Rearmando la utopía”, así como en artículos sobre el proceso latino-caribeño, critiqué oportunamente ese lamentable giro del PT de Brasil y otros componentes de las “izquierdas” gobernantes, y alerté sobre los riesgos a que se exponían y el daño que podrían ocasionarnos. Esto incluyó objeciones a su relación privilegiada con el PLD-Gobierno, por más corrupción y neoliberalismo que éste exhibiera.

En el Foro de Sao Paulo-FSP hice lo mismo cuando las delegaciones del PT y de otros partidos de la misma corriente, confabulados con la seudo-izquierda dominicana, incluyeron al PLD y PRD en ese espacio definido como antiimperialista y anti-neoliberal.

Luego, presentes las primeras señales de “corrupción de Estado” del gobierno de Lula, no vacilé en considerarlas consecuencias de esa manera de “moderarse”, imitando o reproduciendo los métodos de las derechas.

Aquí el PT optó por asociarse a la cúpula del PLD y a sus gobiernos. Y tras esa asociación vinieron los turbios negocios que se están por convertir en piedra de escándalos mayores, incluidos Super-Tucanos, plantas de Punta Catalina y mega-proyectos financiados por el Banco de Desarrollo de Brasil.

El Nacional

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