Opinión

Congiendolo suave

Congiendolo suave

Viejo cuento beisbolero
Esta historia la escuché hace ya más de cinco décadas de mi recientemente fallecido amigo Ricardo Gil Morales.
Dos amigos van al estadio Quisqueya a ver un juego de los rivales Licey y Escogido, y vamos a tratar de describir un ambiente y una conversación como se producen en esas ocasiones.

-En el play debería producirse menos bulla, porque con el escándalo de esos altoparlantes cualquiera sale sordo de aquí.
-Pero no me digas que te gustaría ver un juego de pelota en un estadio con poco bulla, porque eso sería algo monótono, y sin sabor de pueblo
-Bulla, romo, y discusiones, eso es lo que se llama un ambiente gozón en un juego de beisbol.

-Yo creo que lo mejor de este ambiente son las mujerotas con pantalones apretados, y las blusas con tela escasa, y el hombre que no disfruta con ese paisaje, es medio cundango.

-No todos los hombres son tan morbosos como tú.
-Es que si no fuera morboso sin haber cumplido los cuarenta años, se debería a que mi chivería está muy bajita.
– Una cosa es tener una potencia viril normal, y otra muy distinta es pasarse el día haciendo cerebro con todas las mujeres que se le ponen al frente a uno.
-¿Te has fijado lo caras que venden aquí las cosas? Por eso yo vengo al play comido y bebido.

-Yo no sé por qué será, pero como que en los estadios los pastelitos, los sanguches y los hotdogs, así como las pizzas y las cervezas, se deslizan con mejor sabor que en las casas por los galillos de uno.

-Pues yo soy un convencido de que el mejor de todos los sazones es el de la casa de cada uno.
-¿Te has fijado que al manager del Licey le ha cogido con el pitchecito zurdo del carajo que va a lanzar hoy, a pesar de que es tan descontrolado? Cuando ese llega al box con la vista empañada, se le borra la zona de strike.

-Pero ha ganado tres juegos, y solamente ha perdido uno, con todo y descontrol.
De acuerdo al relato de Ricardo, uno de los dos fanáticos, se llevó repentinamente las manos a la cabeza en gesto patético, gritando.
-Diablo, quince mil fanáticos, dieciocho peloteros, y managers, coachs, ampayas, cronistas deportivos, narradores, camarógrafos, policías y ese maldito pajarito eligió la cabeza mía para hacerse pupú.

El Nacional

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