Opinión

Consenso Mexicano de Obesidad

Consenso Mexicano de Obesidad

Durante 3 días, en  Huatulco, México, estuvimos representando el país en el análisis, estrategia y posterior  elaboración del Consenso Mexicano de Obesidad, un documento basado en las evidencias científicas que sustentan las estadísticas que a diario se presentan en la literatura médica sobre la realidad de la obesidad y las múltiples enfermedades asociadas,  esta vez invitado por la Asociación Mexicana para el Estudio de la Obesidad (AMEO) y laboratorios Medix.

En México, el   70 % de la población está en sobrepeso (según la última encuesta) situación que, asociada a la diabetes, hipertensión arterial, trastornos del colesterol y triglicéridos, dificultad respiratoria (apnea del sueño) constituyen lo que en salud pública se conoce como síndrome metabólico y que pertenecen a la categoría de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT).

El ministro de Salud mexicano, doctor José Ángel Córdova Villalobos, dijo que “el gobierno federal incrementó el presupuesto para la prevención y control de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) de 52 millones a 870 millones de dólares, que corresponde a 7.5 por ciento del presupuesto designado a la dependencia”. Además, aseguró que, de no revertirse esta tendencia, en los próximos años, los recursos del ministerio no serán suficientes para cubrir los gastos que acarrean estas ECNT.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a México como el país con mayor índice de obesidad Infantil,  por lo que no es raro encontrar en esos niños y niñas diabetes, aumento del colesterol malo y de los triglicéridos, hipertensión arterial, deformidades osteoarticulares y otros males que conforman la base del síndrome metabólico, reservado hasta hace algunos años para poblaciones mayores de 60 años.

Este dramatismo estadístico resaltado por González Chávez, presidente de la Federación Mexicana de Diabetes (FMD) quien reveló que alrededor de 130 mil mexicanos fallecen anualmente por el “síndrome metabólico”, debe servir para que revisemos la realidad dominicana, pues los resultados preliminares del Estudio de los Factores de Riesgo Cardiovascular (EFRICARD) que finaliza la Sociedad Dominicana de Cardiología, el Instituto de Cardiología, la Sociedad Dominicana de Endocrinología y Nutrición y el SENASA, revela que hay más de un 60% de dominicanos en sobrepeso, con un aumento en la hipertensión arterial, diabetes  y trastornos del colesterol y triglicéridos.

En este estudio, hemos podido detectar que la dieta del dominicano -independientemente de la clase social- está muy cargada de grasas y azúcares y el  “sedentarismo” alcanza proporciones importantes, lo que revela que ya los dominicanos de -clase media baja y baja-  “no caminan” y la mayoría resuelven su transporte con el “motoconcho”.

Este consenso sobre la obesidad y la experiencia en el estudio EFRICARD, me inducen a reflexionar sobre las necesidades educativas en relación al comportamiento nutricional de los dominicanos desde el  hogar hasta la estrategia oficial. Por una mejor calidad de vida.

El Nacional

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