La protesta programada para el día 22 contra la corrupción y la impunidad toma cada día más fuerza y sus organizadores merecen el saludo de los segmentos más sensatos de la sociedad, en la medida en que no se procuren fines políticos, sobre todo de sectores que de una u otra forma tienen cuota de responsabilidad en esos males, por su vinculación a gobiernos anteriores.
Y es que, aunque el móvil de la protesta es justificable, cabe sospechosamente la siguiente pregunta: ¿Por qué después de tantos escándalos de corrupción durante las últimas dos décadas, es ahora que se organiza una protesta que viene a romper con la cultura de conservadurismo que ha prevalecido por mucho tiempo en la sociedad dominicana?
El autor de esta columna aprueba en principio el evento del domingo 22, pero no he decidido acudir al mismo por temor a ser utilizado por algún litoral político cuyo propósito sea pescar en río revuelto.
Ni pensar que detrás de esa protesta esté uno de los dos sectores que se disputan el control del oficialista Partido de la Liberación Dominicana, que, como se observa, se vienen dando golpes que no son simulados como los de la lucha libre.
La corrupción y la impunidad no durarán para siempre, porque algún día la población se dará cuenta que ahí están las razones de la pobreza social, la falta de salud, de educación y de energía eléctrica, para sólo citar cuatro de los males que nos aquejan.
Algún día este pueblo, que luce dormido, observando con indiferencia sus desgracias e inclusive justificando iniciativas de sus verdugos, tendrá que despertar. Despertar requiere necesariamente concienciar sobre los males sociales, particularmente respecto a la corrupción y la impunidad.
Y ese discurso de concienciar a la población sobre el origen de sus verdaderos males no lo ha levantado sostenidamente ningún miembro de nuestra clase política, motivada, mayoritariamente, en la demagogia, el populismo y el oportunismo.
Concienciar primero y protestar después sería lo ideal, pero se trata de un aspecto metodológico que no quita razón sobrada al evento del domingo 22. Ojalá y el mismo no sea aprovechado por políticos demagogos. Ojalá que la lucha interna del PLD no se exprese en esa actividad. Ojalá que esta protesta sea el inicio del fin del conservadurismo y el conformismo de la población.
