Opinión

Consideraciones energéticas

Consideraciones energéticas

El problema eléctrico no se soluciona con la construcción de plantas eléctricas a carbón, como las que construyen actualmente, sino que primero hay que analizar las causas y consideraciones que a nuestro juicio se deben tomar en cuenta.

La tarifa eléctrica, según la apreciación de los consumidores, es bastante alta y aún se importe combustible a precios variables, nunca ha sido posible establecer el precio exacto actual del kilovatio-hora. Es por tal razón que la CDEEE tiene que revisar los costos reales de las empresas generadoras y distribuidoras y adicionar los beneficios razonables para establecer tarifas justas. En cualquier esquema futuro ese estudio deben hacerlo ingenieros, no auditores. Los ingenieros calculan; los auditores reciban datos, verídicos o no, que no pueden modificar.

La generación eléctrica podría aumentarse si se suspende la extracción de agua de seis metros cúbicos que actualmente se hace a la Presa de Valdesia. Pero para eso se requeriría construir la Presa de Madrigal, aunque haya que olvidarse del populismo político para sacar del área del futuro embalse a miles de ciudadanos que actualmente lo ocupan.

Según los últimos estudios hidrogeológicos, Madrigal puede aportar unos doce metros cúbicos por segundo. Los seis metros cúbicos por segundo de Valdesia se utilizarían en las turbinas de su planta, aumentando la generación, el riego y la producción de miles de tareas en el Valle de Peravia.

Se puede, además, aumentar la generación de energía limpia, desarrollando el potencial de los escurrimientos permanentes de las montañas, para lo cual se necesita un estudio completo de esta fuente de energía, incluyendo la eólica.

En cuanto a la distribución eléctrica, consideramos que las zonas industriales y de hoteles turísticos y los barrios de alta categoría social, deben recibir energía permanente, en la seguridad de que la tarifa será pagada al ciento por ciento. Eso evitaría que esos sectores tengan que adquirir plantas eléctricas que funcionan con combustibles importados.

Las zonas de baja categoría y de clase media baja tienen que considerarse de otra forma. La gente, después de solventar sus gastos prioritarios como comida, alojamiento, ropa, y educación, no le quedaría para pagar una energía deficiente y cara. Esos consumidores solo pagan un 70 por ciento de la energía servida y el resto no paga, se la roba o se pierde por el mal estado de las redes de distribución.

Es indispensable instruir a la gente a ahorrar energía, mediante una sistemática campaña de concienciación, para quienes la usan sean menos golpeados por las facturaciones. Hay que mantener también en buen estado las redes y redoblar la vigilancia de las conexiones clandestinas.

El Nacional

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