Opinión

Constituyente como regalo

Constituyente como regalo

Casi termina el año y nos quedamos a la espera de que el Presidente Danilo Medina se decidiera, por fin, por tomar la iniciativa de modificar la Constitución para consignar en ella la Asamblea Constituyente, que sería el instrumento legal más idóneo para que sea el pueblo que decida directamente si desea o no ampliar su período presidencial de cuatro a seis años o si quiere que todo siga como está o se consigne la reelección.

Una Asamblea Constituyente escogida soberanamente por el pueblo sería la sepultura de la Asamblea Revisora, que está compuesta por los mismos representantes de los partidos tradicionalmente existentes, sobre todo del oficialismo, que responden más a los intereses de sus respectivas organizaciones, que a los del pueblo llano que dicen representar.

Sabemos que el Presidente tiene muchas ataduras, aunque ese es un tema tabú de difícil análisis, pues habría que remenear mucho los altares y son muchos los santos que se caerían. Sin embargo, dada la sagacidad del Presidente y sus raíces ideológicas, progresistas y democráticas, no dudamos que en el fondo de su corazón desearía el avance constitucional que significaría la Constituyente, de manera que solo le faltaría un pequeño paso para convertirla en una realidad.

Ese primer paso podría comenzar con dotar a la Junta Central Electoral (JCE) de los fondos necesarios para organizar la consulta popular que se requería para aprobar la Asamblea Constituyente.

Una Asamblea Constituyente sería un freno a muchos desafueros que se cometen, entre ellos la corrupción rampante heredada por el Presidente Medina, que sin duda es una piedrecita en el zapato que molesta mucho, porque aunque esté junto a muchos señalados como responsables de las “indelicadezas” contra el Estado, como se dice ahora, dista mucho de parecerse a ellos. El Presidente demostró en el pasado ser un hombre de ideas avanzadas, aunque actualmente y por diversas razones no utiliza su liderazgo para profundizar algunos cambios, quizás porque todavía no está consciente de la poderosa fuerza popular que lo respalda, sobre todo ahora cuando el otro líder del PLD parece ir en picada, abrumado por el creciente repudio a la corrupción en su gobierno.

La Asamblea Constituyente es la única forma de garantizar que el Presidente termine las grandes obras en proyecto. Naturalmente, la Constituyente tendría que prohibir la reelección presidencial y vicepresidencial, lo que sería un extraordinario regalo para el pueblo dominicano en el año 2015.

Si el Presidente hace posible la Constituyente, cumpliría también con parte del Programa Mínimo de Liberación Nacional que trajeron los expedicionarios del 14 y 20 de Junio de 1959.

El Nacional

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