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Conviviendo con las bacterias

Conviviendo con las bacterias

Sin duda alguna que las gracias que le podemos dar a Dios todos los días por las cosas que nos proporciona esta la de agradecerle por no enfermarnos tanto como podríamos.

Y es que la convivencia con millones de bacterias todos los días en todos lados es una alto riesgo para nuestra salud y un claro ejemplo es lo que a continuación les presento y que encontré hurgando entre libros e internet y que me pareció justo compartir con ustedes queridos lectores.

Y es que este tema viene por estar observando a las personas que van al baño y no se lavan las manos, enseguida toman el llavín de las puertas y allí dejan una muestra de sus bacterias de sus partes intimas, las cuales se traspasan a las personas que aun cuando se lavaron, deben tocar el llavín para abrir la puerta, no había pensado en ese detalle, pues utilice una servilleta la próxima vez.

Pero igual o peor pasa con el dinero, el principal transporte de bacterias urbanas, ese trasiego de millones de bacterias pasan de mano en mano cada día y luego sin lavarnos las manos manipulamos, llaves, carteras, bolsos, puertas, teclados, vasos, tazas, jarras, lapiceros, todo un calidoscopio de utensilios que en ocasiones nos llevamos a la boca, ingiriendo todo un cóctel de bacterias que nos van a provocar enfermedades, algunas comunes, otras un poco mas difícil de tratar.

Las puertas  y asientos de los transportes públicos,  barandas de peatonales, manillares de puertas, son otros lugares que son propicios para el intercambio de bacterias, y así podemos mencionar un sin numero mas.

Solo imagines el monóxido de carbono que va inundando las superficies de los objetos que se encuentran en las calles, incluso nuestras ropas, un elemento de carácter toxico que impregna todo y que poco a poco se va infiltrando en nuestro cuerpo y así los demás gases que pululan en la atmósfera y que contaminan el aire.

Pero de las cosas más curiosas que se pueden encontrar en internet cito las siguientes:

Al parecer, los escritorios de las mujeres son focos de mayor concentración de bacterias tanto en el hogar como en el trabajo. A menudo son hasta 400 veces más cargados de bacterias que un asiento de inodoro, y 3 a 4 más que un escritorio de hombre.

Un equipo de investigación en la Universidad de Arizona ofrece varias explicaciones: en primer lugar y ante todo, que las mujeres tienen más probabilidades de mantener aperitivos en los cajones de su escritorio, que promuevan el molde e incubar bacterias como el negocio de nadie. En segundo lugar, maquillaje y lociones para las ayudas a la transferencia de bacterias de la superficie a superficie, y una mayor frecuencia de contacto con los niños pequeños – también es un contribuyente.

“Si hay cada vez una hambruna”, uno de los investigadores dijo, “el primer lugar voy a buscar la comida es una mujer del mostrador.”

Otra investigación arrojo el siguiente resultado: Que su teclado puede ser una fantástica representación exacta de lo que está en su nariz y su estómago. De 33 al azar la muestra de teclados de ordenador a prueba por un grupo de consumidores británicos este año, cuatro fueron catalogados sucios lo suficiente como para ser considerados un peligro para la salud, y uno de los teclados albergaba cientos de veces más bacterias que el promedio de aseo.

En nuestros hogares la cocina le hace una fuerte competencia al baño, y es que para empezar, los trapos que utilizamos a diario son el lugar donde se alojan las millones de bacterias y que transportamos de un lugar a otro.

Los usamos para limpiar, secar utensilios y nuestras manos, además de secar cuanta superficie mojamos y junto a los trapos, pues están los utensilios que van acumulando capaz de grasa y son una fuente de germinación de bacterias, aparte del paseo nocturno de las cucarachas cuando no se tiene la precaución de limpiar los residuos de alimentos.

Pero se ha puesto usted querido lector a pensar cuando estrechamos las manos de las personas, un simple e inofensivo saludo puede ser incluso transmisor de hepatitis, si una persona que lo padece o la porta, va al baño y no se lava las manos y enseguida lo primero que hace es saludarle con las manos impregnadas de las mas pura y viva bacteria de esa enfermedad.

Pero aparte de esto, las personas que estornuda y se tapan con sus manos y se las “limpian” en sus pantalones o camisa porque no tienen pañuelos.

Y existe lo que se denomina la contaminación cruzada que ocurre cuando los trabajadores diseminan en sus casas los contaminantes que traen de su sitio de trabajo en la ropa, los zapatos o la piel.

Los contaminantes pueden ser transferidos a los artículos que el trabajador toca, así como a los lugares donde se sienta o donde camina. La piel queda expuesta cuando se toca una superficie sucia, y puede ocurrir una ingestión accidental si comen o beben algo que ha quedado contaminado.

El propósito de este artículo no es crear una paranoia, pero es fundamental que seamos más prevenidos fuera y dentro del hogar.

(asieselambiente@hotmail.com)

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