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Los tres componentes esenciales en toda ingesta de alimentos son: carbohidratos (azúcar), grasas y proteínas, de donde el organismo humano, luego de procesarlos, los convierte en energía para que el corazón dé latidos, para que nuestro cerebro funcione, para poder utilizar los músculos del cuerpo y movilizarnos, en fin, para realizar las actividades del diario vivir.
Cuatro calorías fabrica el cuerpo cuando ingerimos un gramo de carbohidratos, igual ocurre con las proteínas, pero al ingerir un gramo de grasa, el cuerpo fabrica nueve calorías (más del doble) y, para que sirva como marco de referencia, hay que decir que una cucharadita pequeña, de las de café, tiene una capacidad de 5 gramos.
Es dable recordar que, al ingerir su desayuno, su comida, su cena y cualquier otro alimento durante el día, los órganos internos encargados del metabolismo (el hígado, el páncreas, el estómago y los intestino. entre otros) no saben que usted le envió un sandwich de jamón y queso o un mofongo, o pollo, o ensalada. Esos órganos identifican sólo los componentes esenciales de cada alimento. Me refiero a los carbohidratos, proteínas y grasas, vitaminas, minerales, agua, y otros.
Seguro que usted ha oído hablar de la enfermedad aterosclerótica derivada del consumo excesivo de grasas que se depositan en las paredes de las arterias y las endurecen, o que le han dicho que quienes consumen muchas proteínas forman cálculos renales y les sube el ácido úrico, y ni hablar del consumo excesivo de los carbohidratos (azúcares) que se asocian a la diabetes, al aumento de los triglicéridos y enfermedades cardiacas.
No hay que olvidar que así como se producen cambios biológicos a nivel del tubo digestivo luego de alimentarnos, hay cambios en el cerebro.