Semana

Crecimiento de China podría colapsar

Crecimiento de China podría  colapsar

(2 de 2)

Desde un tiempo reciente al presente, China despliega una ofensiva impulsada por la demagogia para cautivar, sugestionar y presionar para formalizar relaciones diplomáticas con los 22 países que sostienen relaciones con la República de China en Taiwán, que se exime de demagogia, aportando tecnología y recursos económicos a los países con los que sostiene vínculos diplomáticos, y Pekín exige a esos países quebrar con Taipei para formalizar nexos diplomáticos.

En Nicaragua ofreció Pekín construir un fabuloso canal inter oceánico a un costo de US$50 mil millones, que usó como anzuelo para formalizar relaciones con Panamá, a cambio de “detener las inversiones”, rompiendo con Taipei unas largas y fructíferas relaciones.

En Haití, ofreció Pekín en julio último, modificar a Puerto Príncipe con inversiones de US$30 mil millones a cargo del magnate chino Bati Ayiti, planta generadora de 600 megas, red de trenes de cien kilómetros, 450 kilómetros asfaltados, gigantesca purificadora de agua, y una presa, cuando sabemos que Haití no cuenta con ni un solo afluente para construir una presa, el único es el Artibonito que nace en Nalga de Maco, RD, y final, sustituir casuchas de las favelas por casas confortables.

En Costa Rica un paquete de inversiones hasta ahora invisibles, idéntico a los otros dos casos.
Fantasía y aguaje. Cero inversión, porque la estrategia basada en la demagogia, tiene como colofón eliminar las relaciones provechosas desde todos los ángulos, que Taipei sostiene con 22 países, para entonces declararlo un Estado paria, sin representación política, ni en la ONU, forzando en consecuencia, la reunificación, diseño típico de la cosmovisión china de los réditos de la paciencia, de sentarse frente a la puerta de la casa a esperar el paso del cadáver del enemigo, conforme a un segmento del pensamiento del Gran Timonel Mao Tse-tung, que luego de la Larga Marcha, ejecutó a 25 millones de sus paisanos, sufriendo hambrunas terribles, para al final, retornar a medias, y gradual total, al perdido viejo orden, con la magia de “Una China, dos sistemas”.

El 28 de septiembre último, la representante comercial de China en RD, Fu Xin-rong convocó una rueda de prensa informado la eventual inversión de US$350 millones para canalizar el río Yuna, que con sus históricas riadas, como ahora con el huracán María, inunda toda su cuenca baja, enfatizando, para completar la sugestión y el aguaje, que su país es el segundo socio comercial de RD, en una alusión subliminal de que no lo es Taipei.

En su reciente visita al país el 24 de julio último, el canciller de Taiwán, David Tawei-lee, denunció el peligro de establecer nexos diplomáticos con Pekín, calificándolo de “peligroso”, porque entre otras exigencias, tendríamos que aceptar a miles de inmigrantes chinos, enfatizando las coberturas económicas que siempre ha ofrecido su país con los 22 Estados con los que sostiene relaciones, diferente en el método a Pekín.

Las coordenadas en relación a cuál de los dos países conviene al nuestro relaciones diplomáticas, están, más que sobre la mesa, la pelota de la decisión está en la cancha del presidente Medina.

La opción, también.
Auguramos la decisión presidencial, aventada por los vientos y las nubes propicias de los más altos y permanentes intereses de RD, no de una desacertada providencia que podría perjudicarnos gravemente, como aconteció con Costa Rica, que disponía de un superávit de US$49 millones, y luego de romper relaciones con Taipei y formalizarlas con Pekín, tiene un déficit de US$2 mil millones, conforme ilustró el canciller taiwanés, David Tawei-lee en su visita a RD.

Postulamos por su iluminación y correcta decisión para provecho óptimo del país y legado fructífero a sus gobernados.

El Nacional

La Voz de Todos